El impacto del sueño en tu salud mental: trucos para dormir mejor

Para algunas personas, dormir poco puede significar un signo de productividad, pero la ciencia lo desmiente: el descanso inadecuado afecta la salud física, mental y emocional.

El insomnio crónico puede requerir tratamiento médico, con fármacos efectivos bajo supervisión psiquiátrica. Sin embargo, mejorar la calidad del sueño también es posible a través de hábitos saludables.

¿Cuáles son las estrategias clave para dormir mejor? Aquí, consejos prácticos para optimizar el descanso y cuidar tu bienestar.

El sueño afecta a diversos sistemas del organismo como el cerebro, el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular. Mientras se duerme, el cerebro consolida la memoria, el cuerpo elimina toxinas y se regula el estado de ánimo. Sin dormir o durmiendo poco, todo comienza a complicarse en el organismo.

La falta de descanso tiene un impacto directo en la salud mental. Puede aumentar los niveles de estrés y genera muchísima ansiedad. Afecta la amígdala, una parte del cerebro involucrada en la respuesta al miedo y en las emociones.

Los profesionales de la salud dan algunos consejos básicos para mejorar el sueño. En caso de que el insomnio perdure en el tiempo o se pasen muchos días sin dormir, hay que consultar con el médico de cabecera o con un psiquiatra.

Tener una rutina de sueño. Es recomendable dormir no más de siete u ocho horas. Aconsejan acostarse y levantarse siempre a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esta constancia refuerza el ciclo en el cuerpo.

Si luego de 20 minutos, no se ha logrado dormir, se puede salir de la habitación y hacer algo relajante: leer un libro, escuchar una meditación o una música suave. Y volver a la cama cuando se siente cansancio nuevamente.

Atención a lo que se come y se bebe. No hay que irse a dormir ni con hambre ni pesado luego de la cena. Por eso hay que evitar comidas pesadas, no tomar mucho alcohol o café a la noche y, claro, no fumar.

Generar ambientes aptos para el descanso. Es bueno mantener las habitaciones frescas, oscuras y silenciosas. Si se está expuesto a la luz, el cerebro no va a entender la señal de que es hora de dormirse. El uso de pantallas en el tiempo de descanso está totalmente contraindicado.

Se puede sumar alguna actividad que relaje cuerpo y mente, como darse un baño de inmersión o hacer unos suaves movimientos de yoga.

Limitar las siestas diurnas. Dormir durante el día puede interferir con el sueño nocturno. Si es una costumbre hacer una siesta, no debería durar más de una hora y es mejor hacerla relativamente temprano.

Hacer ejercicio físico todos los días. Esto es bueno para el organismo por múltiples razones. Unos 30 minutos de actividad por día son indispensables para llevar una vida saludable. Pero, además, promueven un mejor sueño. Pasar tiempo al aire libre también colabora con el descanso de la noche.

Controlar el estrés. Es la causa que más declaran los pacientes de insomnio: la cabeza no para, no pueden abandonar las preocupaciones al acostarse, se acuerdan de todo lo que hay por hacer. Usar técnicas para alejar el estrés o apelar a ayuda profesional serían buenas estrategias.