Pese a las medidas puestas en marcha para acelerar el ingreso de divisas, las reservas se verán nuevamente bajo presión por el pago de la deuda externa. En las próximas horas, el Gobierno cancelará US$ 640 millones en concepto de intereses al Fondo Monetario, una operación que se producirá en medio de las dificultades para acumular reservas y las negociaciones con el organismo para cerrar un nuevo acuerdo que incluya desembolsos frescos.

“Se paga en tiempo y forma como siempre”, confirmaron fuentes del Ministerio de Economía en referencia al vencimiento que operaba este sábado 1 de febrero y que aún no fue cancelado. El pago será el primero al FMI en 2025, un año en el que vencen US$ 2.500 millones, y los intereses corresponden al programa acordado por Alberto Fernández en 2022 para pagar el préstamo de US$ 44.000 millones que obtuvo Mauricio Macri en 2024.

Cerca de Caputo buscan bajar las expectativas, pese al optimismo que les infundió el ascenso al poder de Donald Trump en Estados Unidos. La lectura oficial es que ya “hicieron los deberes” (obtuvieron un superávit financiero del 0,3%, eliminaron virtualmente la emisión monetaria y bajaron la inflación al 2,7%), todo mediante un durísimo ajuste fiscal que tuvo como costo una profunda recesión y una pobreza superior al 50% en la primera mitad de 2024).

Pero el FMI parece moverse con cautela ante las señales de deterioro del frente cambiario. El Banco Central cerró en enero con US$ 28.300 millones de reservas brutas, una caída de más de US$ 2.000 millones provocada por los pagos de deuda de comienzo de mes a los bonistas, la intervención en el dólar financiero y los pagos de importaciones. Los economistas también hablan de un “agotamiento” del blanqueo.

A su vez, la autoridad monetaria reducirá desde este lunes la tasa de devaluación del 2 al 1% mensual, a costa de apreciar aún más el tipo de cambio. Por otra parte, Caputo dispuso la semana pasada la baja de retenciones (para el poroto de soja, de 33% a 26%) para anticipar el ingreso de dólares, una medida que en la jerga del FMI se conoce como “devaluación fiscal” (bajar impuestos para aumentar la competitividad).

El objetivo es revertir la caída en las reservas y, a la vez, reforzar los incentivos al carry trade mediante el ajuste del tipo de cambio oficial (crawling peg) y la baja de tasas puesta en marcha el viernes. La idea es que los exportadores vuelquen sus dólares en inversiones en pesos. “Las liquidaciones empezarán cuando se puedan calzar las compras de materia prima con los costos financieros y las ventas al exterior”, dijo un exportador.



Fuente Clarin.com

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