En la recta final para cerrar un nuevo préstamo con el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno retomará conversaciones con otros organismos multilaterales para negociar recursos adicionales a los del FMI. Se trata de fondos atados a programas con metas de cumplimiento o bien de libre ejecución que podrían aliviar el frente externo mediante desembolsos superiores al repago de la deuda.

En los próximos 4 años, Argentina debe cancelar vencimientos de capital por US$ 14.000 millones con el Fondo y US$ 12.600 millones con los bancos multilaterales. Desde diciembre de 2023 a febrero de 2025, mientras la deuda con el primero se redujo en US$ 200 millones (de US$ 40.900 a US$ 40.700 millones), el pasivo con los otros organismos creció US$ 1.500 millones (de US$ 33.300 a US$ 34.800 millones), según datos oficiales.

En ese marco, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajará este miércoles a Chile para participar de la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Durante el cónclave, que se celebrará desde el miércoles hasta el domingo, se reunirá con líderes de los 48 países miembros y del sector privado para discutir sobre lucha contra la pobreza y el hambre, la innovación para fomentar el crecimiento y la sostenibilidad.

Si bien aún no fue confirmado, la agenda del funcionario podría incluir el titular del BID, Ilan Goldfajn. El economista se reunió con Quirno en febrero pasado en el marco de la cumbre del G20 en Sudáfrica, desde donde ratificó el respaldo financiero a la Argentina en 2025 y sostuvo que apoyará el ingreso del país a la OCDE, algo que todavía parece lejano dado los extensos plazos que demanda dicha organización para aceptar nuevos miembros.

En tanto, el titular del Banco Mundial (BM), Ajay Banga, visitará Buenos Aires el próximo 2 y 3 de abril para reunirse con Javier Milei y Luis Caputo. Las conversaciones en marcha contemplan el apoyo financiero a las reformas, como el ajuste del esquema de subsidios a la energía eléctrica y el transporte público por colectivos para hacerlos más “eficientes”, lo que impacta en las tarifas que pagan los consumidores.

El BID y el BM tienen programas que exigen el cumplimiento de requisitos -como el avance de obras o la implementación de reformas- y desembolsos de libre ejecución, que suelen depender del guiño de Washington. En señal de apoyo al plan de ajuste, el primero aprobó en noviembre financiamiento por más de US$ 2.000 millones para la Argentina, mientras que el Banco Mundial aprobó dos proyectos por US$ 1.000 millones.

El Banco Mundial mantiene una cartera de 24 proyectos por US$ 7.580 millones, que se repagan a 12 años con un período de gracias de 5 años. Si bien fue reduciendo en los últimos años el financiamiento a la Argentina, lo reactivó en el último tiempo. Así, pese al parate de la obra pública, la entidad renovó proyectos para financiar la AUH, Fomentar Trabajo y Salud, que implican desembolsos contra el gasto mensual que hace la administración.

En comparación con el BID, el BM permite en teoría desembolsos más rápidos por fuera de los proyectos y con mayor facilidad que la negociación con el Fondo. No obstante, para ese tipo de préstamos, existe un convenio entre la entidad y el FMI, por el cual este último tiene que realizar previamente un asesoramiento macroeconómico. “Se está discutiendo la posibilidad de nuevos aportes“, señaló una fuente al tanto de las conversaciones.

Milei ya se reunió en febrero con Goldfajn y Banga durante su gira en Washington, donde se reunió por unos minutos con Donald Trump. El titular del BID dijo en esa ocasión que el BID Invest, el brazo privado del banco, fue muy activo en Argentina, invirtiendo US$ 800 millones en proyectos de alto impacto y que para 2025 analiza más de 20 proyectos del sector privado, con unos US$ 1.000 millones.

El plan del BID es financiar infraestructura, energía, telecomunicaciones, agroindustria, minería, instituciones financieras y empresas que buscan aumentar la producción. También hay interés en apoyar tres proyectos de litio y cobre, ya que Argentina es considerada un “actor clave” en el suministro de minerales críticos. La Casa Blanca ya firmó el año pasado un memorándum de cooperación con la gestión de Milei en esa área.

Las señales de acercamiento llegan en medio del freno de la obra pública por la “motosierra” y la pérdida de reservas en marzo por la incertidumbre sobre los detalles del nuevo programa con el Fondo, incluyendo el esquema cambiario. El Gobierno necesita financiamiento para mantener a raya el dólar y afrontar los vencimientos de deuda, entre ellos, los intereses con los bancos multilaterales por US$ 8.300 millones hasta el 2029, según EcoGo.



Fuente Clarin.com

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