Antonio Gasalla murió en la mañana de este miércoles y dejó un dolor profundo en el mundo del espectáculo. El actor había recibido el alta recientemente, tras pasar diez días internado por una neumonía, pero falleció a sus 84 años.

El capocómico será por siempre recordado por su papel de Mamá Cora de Esperando la Carroza, un personaje que volvió a la vida de la mano de su gran amigo Martin “Campi” Campilongo, quien la interpreta en la representación teatral de la histórica película.

En ese sentido, el humorista se mostró muy conmovido al recordarlo. Con la voz entrecortada, aseguró: “Me acaba de llamar Carlos (el hermano de Antonio). Un baldazo de agua fría. La verdad, a pesar de que Antonio no estaba bien, uno nunca espera esta noticia”.

Y agregó: “No sé qué decir. La última vez que estuve con él fue en la época del mundial. Él estaba mal pero todavía tenía momentos buenos. Después ya estaba muy perdido”.

Además, Campi explicó que nunca llegó a contarle a su gran amigo que lo homenajea sobre el escenario, ya que la última vez que lo vio aún no existía el proyecto de la obra de Esperando la Carroza.

“Se empezó a poner muy mal. Yo notaba que se empezaba a perder de a poco. Me invitaba a la casa, iba y ni se acordaba que me había invitado, me llamaba para el Día del Amigo en cualquier fecha… Empecé a notar eso y después vino el proyecto de la Carroza. La verdad es que hubiera disfrutado mucho. Me hubiera encantado que meta mano en mi Mamá Cora”, se lamentó el artista.

Por otro lado, también contó que Carlos sí tuvo la oportunidad de verlo interpretar el personaje: “La devolución de Carlos para mí era fundamental, era parte de Antonio. Vino varias veces a verla con la familia. Que me dé el okey para mí fue una bendición”.

“Había tenido la posibilidad de visitarlo, pero nunca me puse de acuerdo con Carlos porque ya la mitad de la semana no estaba en Capital. Y la semana pasada le dije que me diga la fecha en que me podía recibir y yo iba. Y hoy recibí este mensaje de Carlos”, aseguró Campi, sumamente conmovido.

En la conversación telefónica al aire de A La Barbarossa (Telefe), sumó: “Antonio me dirigió en mi unipersonal. Conmigo no era nada exigente porque yo eran tan exigente como él. Teníamos mucho en común… la forma artesanal de laboral, la exigencia…”.

“Yo a Antonio lo conozco en Los Roldán. Y cuando surge mi unipersonal, se lo dije como para que me diga que no y me dijo ‘pero claro, ¿cómo no te voy a dirigir?’. Le propuse arreglar el puntaje y me contestó: ‘Campi, yo no te voy a cobrar nada, lo hago de amigo, gratis’. Nunca me quiso cobrar. Cuando te hablan del carácter de Gasalla, yo conozco al amigo, al generoso”, sumó Campilongo.

Y agregó: “Conmigo hablaba por teléfono, pero lo que hacíamos era juntarnos una vez por mes por lo menos. Nos cagábamos de risa, nos juntábamos, chusmeábamos, criticábamos, hablábamos de laburo un montón, me hacía observaciones de lo mío… La amistad con Antonio siempre fue una bendición, me marcaba el buen camino. Esta carrera te da esas señales de que estás haciendo las cosas bien, como ‘mirá el amigo que tenés’”.

Además, recordó: “Un tipo que admiraba desde chiquito. Yo crecí con el casette de Gasalla y Perciavalle. Y cuando lo conocí le empecé a cantar un tema de ese disco y él no podía creer que me lo acordaba. Yo te lo puedo contar ahora, de toda la vida. Y ahí empezamos a ser amigos, en esos camarines de Los Roldán”.

Y cerró: “Él me dejaba muchos mensajes. Yo perdí el teléfono y todos esos mensajes. Me hablaba con mucho cariño, me elogiaba constantemente el laburo”.



Fuente Clarin.com

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