Después del respiro del jueves, el dólar volvió al alza este viernes. En el final de la semana, el minorista avanza 15 pesos y se vende en el banco a $ 1.260. Esta cotización marca un nuevo récord desde la salida del cepo en abril y a la vez es la más alta del año.
Esta semana el minorista subió 55 pesos. La escalada se potenció luego de que el martes el ministro de Economía Luis Caputo chicaneara a los economistas que advierten sobre los riesgos del atraso cambiario. “Si te parece que está barato comprá, campeón” dijo en un seminario de la Universidad Austral, ante un auditorio de 700 ejecutivos de negocios.
En los cuatro días que transcurrieron de julio el dólar aumentó 3,7%, tras haber estado estable en junio. Con esto la corrección llega al 20% en lo que va del año, de tal modo que pasa a tomar la delantera frente al alza de la inflación, que con el resultado de junio -estimado en el 2%- se ubicaría entre el 16 y el 17%.
Los dólares financieros siguen el mismo camino que el oficial, con subas del 0,7% en esta rueda, que llevan al MEP al $ 1.246 y el contado con liqui a $ 1.250, por debajo del minorista. En cambio, el blue sigue estable en $ 1.225.
El repunte del dólar se vincula con un incremento en la demanda, potenciado por las compras de quienes cobran el aguinaldo, pero también aguijoneado por el desarme de las posiciones de carry trade.
Los inversores que habían priorizada las tasas en pesos ante la pasividad del dólar ahora cambian de estrategia ante el temor de lo que ocurrirá con la divisa cuando termine la liquidación del agro.
También las próximas elecciones llevan a los ahorristas a elegir posicionarse en moneda dura ante la incertidumbre acerca de qué ocurrirá después de los comicios con la política cambiaria.
La semana pasada, el agro se apuró a presentar las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para anticiparse a la suba de retenciones a la soja (de 26 a 33%) y al maíz y al sorgo (de 9 a 12,5%) que empezó a regir el 1 de julio. Las operaciones registradas antes de ese día quedan con las alícuotas previas. Por eso, en los primeros tres días de este mes las liquidaciones del agro llegaron a US$ 1.000 millones.
Pese a esta oferta sostenida, la demanda no cede. La razón es que se presume que hacia el final del mes dejarán de llegar los dólares del campo y el equipo económico enfrentará una situación más compleja para sostener el tipo de cambio.
“El mercado encara el segundo semestre pensando en distintos factores, tanto macro-financieros como políticos. Se destaca como foco de atención el plano cambiario y las cuentas externas, considerando que, si bien parte de la diferencia entre DJVE y liquidación del agro en junio podría entrar en julio, el período agosto-noviembre no tendría en principio grandes flujos”, sostuvo Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS.
“Además, la dinámica de las tasas reales será clave, tanto por el impacto sobre tipo de cambio e inflación como sobre la actividad económica. Finalmente, a medida que nos acerquemos más a las elecciones, el tipo de cambio será un termómetro de la incertidumbre, recordando que en todo año electoral suele haber demanda por cierta dolarización de carteras”, agregó Franco.