Primero fue el el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, en Washington anunciando que “decidimos no luchar más contra eso”.

Fue ante banqueros internacionales y “eso” es el paradigma financiero de los argentinos que pueden hacerlo: consumir en pesos y ahorrar en dólares.

Después siguió el ministro Luis Caputo, anticipando que tomará medidas que sorprenderán para alentar el uso de dólares, manteniendo su posición respecto a que salgan a la luz los US$ 170.000 millones que se estima tienen los argentinos “en el colchón”.

El avance del gobierno para favorecer que esos dólares guardados (en refugios domiciliarios, cajas de seguridad, cuentas no declaradas en el exterior, etc.) se intensifica en momentos en que el dólar brinda muestras claras de acercarse más al piso que al techo de la flamante banda cambiaria.

Esa banda de entre $1.000 y $1.400 encontró el martes 29 de abril a un dólar MEP ($1.173) por debajo del oficial de $1.180 mientras que el contado con liquidación era de $1.189 y el blue en $1.205.

Así, el dólar mayorista subió 10% en abril, un 4,9% respecto de los $1.130 que recibían los exportadores del campo con el “blend” mientras que el blue tuvo una baja de 9%.

El gobierno festeja el nivel del dólar y espera, como pronostican los estudios privados, que la inflación de abril resulte inferior (a pesar de la modificación del esquema cambiario con libertad para operar con dólares de los minoristas y un levantamiento parcial pero destacado del cepo cambiario) al 3,7% de suba de marzo.

El Ministro está dando muestras de poder estabilizar el dólar en el corto plazo enarbolando dos argumentos contundentes: el monto del primer desembolso del préstamo de US$ 20.000 millones del Fondo Monetario Internacional y el respaldo del Secretario del Tesoro de los Estados unidos, Scott Bessent.

Los US$ 13.500 millones que ingresaron por los créditos del FMI y el Banco Mundial (dólares que se destinaron a cancelar deuda en pesos del Banco Central) constituyen un argumento contundente para explicar la calma cambiaria.

Las reservas brutas del Banco Central dieron un salto hasta cerca de US$ 40.000 millones y las “netas” que venían del campo negativo pasaron a positivas en torno de $3.000 millones.

En el nivel de las reservas brutas vale recordar que hay unos US$ 18.000 millones del swap del Banco de China, US$ 13.000 millones de encajes de los depósitos y US$ 2.000 millones de un Repo de Sedesa, todo de liquidez limitada.

Si la plata del Fondo sirve como justificativo para mantener tranquilo al mercado cambiario, el espaldarazo del Secretario del Tesoro de los EE.UU diciendo que podría ofrecer una línea de crédito si una crisis externa amenazara al plan del Presidente Javier Milei, suma un condimento esencial.

La contracara de tanto respaldo está en la tasa de riesgo país que en 701 puntos muestra una resistencia a bajar poniendo un límite al clima festivo que vive el equipo económico.

Algo de la inquietud que genera la resistencia a la baja del riesgo país se vive en el mercado a partir de la decisión del Presidente Javier Milei de que el gobierno no compre divisas en el mercado hasta que el dólar cueste $1.000 o menos.

Esa definición deja en claro que la prioridad presidencial en estas semanas es evitar una suba del dólar que encabrite los precios en el año electoral y cuando Caputo pronostica que la inflación “va a colapsar”.

Esa estimación del Ministro coincide con otra tajante; “se terminó la época de una Argentina regalada en dólares” que, a su vez, está en línea con los datos oficiales sobre el fuerte déficit del balance turístico, un resultado que tiende a profundizarse.

En marzo, último dato oficial, el turismo al exterior demandó US$ 997 millones, en el nivel más alto para un tercer mes de inicio del año.

Consolidar la idea de que el tipo de cambio apreciado llegó para quedarse con el respaldo del FMI y del gobierno de los EE.UU. y con un esquema de bandas en que el piso bajará a razón de 1% por mes pone a la exportación agropecuaria, que además está sujeta al pago de retenciones y con la amenaza presidencial de aumentarlas a partir de julio, frente a un panorama difícil.

El campo tendrá resistencia natural para liquidar y el gobierno dificultades para comprar dólares y cumplir con las metas acordadas con el FMI.

El acuerdo con el Fondo establece que el gobierno debe lograr US$ 3.700 millones hasta fin de junio, US$ 4.100 millones más en el tercer trimestre y US$ 6.900 millones en el último trimestre.

El aumento de las reservas juega un rol importante a la hora de prever una baja sensible en la tasa de riesgo país, un objetivo destacado para un gobierno que aspira a acceder al financiamiento en el mercado mundial.

Con 700 puntos de riego país, las ventanas de crédito siguen cerradas en un mundo financiero en que las incertidumbres son crecientes aunque, en esos días, el gobierno destaca que “hizo los deberes” y busca sacar rédito de ese resultado.



Fuente Clarin.com

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