El 2025 promete ser un año movido en novedades espaciales y que intensificará la competencia ente los tecnomillonarios que quieren conquistar el Universo. A través de SpaceX, Elon Musk ha dominado en los últimos años los vuelos alrededor del planeta. Pero las ambiciones extraplanetarias del fundador de Amazon, Jeff Bezos, podrían representar pronto un desafío para el dueño de la red social X.
La empresa espacial fundada por Bezos, Blue Origin, tiene un poderoso cohete llamado New Glenn que despegó el 16 de enero. Al igual que el Falcon 9 de SpaceX, la etapa de refuerzo fue concebida para ser reutilizable por completo, de modo que pueda empleársela para volar una y otra vez y reducir así el costo de los lanzamientos.
Sin embargo, la primera etapa del cohete no logró regresar. En distintas misiones, New Glenn transportará satélites de seguridad nacional para las fuerzas armadas de EE.UU. y naves espaciales para la NASA, incluidos vehículos orbitadores hacia Marte y módulos de aterrizaje en la Luna.
Otra cosa que trasladará son satélites para Amazon, empresa de la que Bezos sigue siendo presidente ejecutivo. Su Proyecto Kuiper implica construir una mega constelación de satélites que emitan Internet desde el espacio, como la constelación Starlink de SpaceX.

El observatorio Vera C. Rubin permitirá obtener datos sobre el origen de nuestra galaxia.
“Ver” la materia oscura
Astrónomos emplazados en la cima de una montaña cercana al centro de Chile están finalizando la construcción del Observatorio Vera C. Rubin, que podría captar sus primeras vistas del cielo nocturno este año, a partir del 4 de julio.
Antes conocido como Gran Telescopio de Exploración Sinóptica (LSST, de acuerdo con sus siglas en inglés), el observatorio cambió su nombre en 2020 para honrar a la investigadora Vera Rubin, que falleció en 2016 a los 88 años.
El trabajo de Rubin convenció a los astrónomos de la existencia de la materia oscura, que constituye la gran mayoría de la masa del universo, aunque nadie sabe qué es. El nombre es muy apropiado. Con la cámara digital más grande del mundo, los científicos utilizarán el Observatorio Rubin para crear imágenes en movimiento del cielo austral con intervalos de tiempo.
Estas imágenes ayudarían a los investigadores a comprender la naturaleza de la materia oscura, así como de la energía oscura, la fuerza desconocida que disgrega el cosmos. El conjunto de datos también ayudará a revelar la historia del nacimiento de nuestra galaxia y a catalogar los asteroides y cometas de nuestro sistema solar, incluidos aquellos que algún día podrían chocar contra la Tierra.

Siempre la Luna
El satélite terrestre sigue de moda. A fin de este mes, Intuitive Machines intentará colocar otro módulo de aterrizaje robótico en la Luna luego de que su módulo de aterrizaje anterior, Odysseus, llegara a la superficie intacto, pero inclinado, hace justo un año.
Este segundo módulo de aterrizaje de la firma, llamado Athena, también llevará instrumentos financiados por la NASA, entre ellos una perforadora que procurará encontrar muestras de hielo. Athena compartirá un lanzador de cohetes de SpaceX con Lunar Trailblazer, nave orbitadora de la NASA que va a estudiar el agua en la Luna.

Viajeros legendarios
Las naves espaciales gemelas Voyager 1 y 2, que inspiraron a una generación de curiosos cósmicos, fueron lanzadas en 1977. Después de décadas de explorar el sistema solar exterior y antes de cruzar la frontera desconocida del espacio interestelar, ambos vehículos galácticos están mostrando signos de envejecimiento.
Al principio de su viaje, los dos pasaron encima de Júpiter y Saturno, y más tarde la Voyager 2 visitó Urano y Neptuno. Pero quizás el regalo al mundo más emblemático de esa misión sea una fotografía tomada de la Tierra, un píxel diminuto contra la inmensidad del espacio, que llevó a que el famoso astrónomo Carl Sagan apodara a la imagen “Punto azul pálido”.
En los últimos años, estos exploradores robóticos han estado en contacto con la NASA y varias veces han perdido contacto con ella. La comunicación con la Voyager 2 se interrumpió deliberadamente en 2020 durante meses y luego se perdió por accidente durante un par de semanas en 2023 antes de reestablecerse.
La Voyager 1, por otro lado, le dio un susto al equipo de especialistas de la misión cuando en 2024 dejó de enviar datos a la Tierra. Los instrumentos de ambas naves espaciales se han apagado para conservar energía. Pero la NASA no se da por vencida con ellas todavía.

Objetivo orbital
El programa espacial de la India ha logrado ya que un robot aterrice en la Luna y una nave espacial orbite alrededor de Marte. Las prioridades más inmediatas están mucho más cerca de la Tierra ahora, pero eso no significa que sean menos ambiciosas.
India está concentrándose en los vuelos espaciales tripulados. La próxima primavera en el hemisferio norte, Shubhanshu Shukla, integrante del cuerpo de astronautas del país asiático, pasará hasta 14 días a bordo de la Estación Espacial Internacional durante una misión con la empresa Axiom Space.
Shukla y sus colegas esperan ser los primeros en lanzarse a la órbita baja de la Tierra en cohetes de fabricación nacional. La India informó en diciembre que estaba preparando un vehículo orbital dentro del programa, conocido como Gaganyaan, para un lanzamiento de prueba sin astronautas a bordo. De ser exitoso, el vuelo podría abrir el camino a un lanzamiento tripulado con astronautas indios en 2026
La compañía espacial de Elon Musk anuncia 25 lanzamientos de su mega cohete en 2025.
Nuevos hitos

SpaceX sorprendió al mundo en noviembre durante el quinto vuelo de Starship, el cohete más poderoso que se haya construido jamás. Cabe esperar que la compañía intente repetir la impresionante captura con “palitos chinos” de su enorme cohete Super Heavy.
SpaceX también podría tratar de atrapar la etapa superior de su vehículo Starship después de que ésta complete una órbita alrededor de la Tierra y regrese por primera vez al sitio de lanzamiento en el sur de Texas. La compañía comunicó que tenía como objetivo llevar a cabo 25 lanzamientos de Starship en 2025, mientras prepara la nave espacial para que los astronautas aterricen en la Luna en cumplimiento de su contrato con la NASA.
Traducción: Román G. Azcárate