En plena zona sur del conurbano bonaerense, donde los clásicos todavía se valoran como oro, se esconde un bodegón que mantiene viva la tradición gastronómica argentina. Se trata de Mingo, un restaurante modesto pero cálido que, sin necesidad de grandes pretensiones, se ganó el corazón —y el estómago— de los vecinos.
Con una carta cargada de sabor, porciones abundantes y un ambiente que invita a quedarse, este lugar logró destacarse por uno de sus platos estrella: el risotto de campo, una combinación reconfortante de arroz cremoso con panceta, chorizo y verduras que se convirtió en favorito indiscutido de quienes lo visitan.
Y lo mejor de todo: por menos de 10.000 pesos podés comer un plato abundante que no solo llena, sino que emociona. En tiempos donde salir a comer puede resultar un lujo, Mingo ofrece sabor, calidez y buenos precios.
Ubicado a una cuadra de Hipólito Yrigoyen, Mingo ya lleva más de una década ofreciendo cocina tradicional sin vueltas. Abre sus puertas de lunes a sábados desde temprano, y su cocina funciona hasta la medianoche sin cerrar por la tarde.
El restaurante respeta las reglas del bodegón de siempre: porciones abundantes, recetas caseras y precios justos. Y además, no te cobran servicio de mesa ni cubierto, lo que siempre se agradece.
La carta es extensa y va mucho más allá de los clásicos. Hay tortillas, pescados, pastas rellenas, carnes al horno y postres como los de la abuela. Pero el risotto de campo por 15.500 pesos es el que se lleva los aplausos.
El bodegón se encuentra en Gorriti 461, Lomas de Zamora, un punto estratégico y accesible para vecinos y visitantes de la zona sur. Abre sus puertas de lunes a sábados, de 08 a 00 horas, y también permanece abierta durante los feriados, ideal para una escapada en cualquier momento de la semana.