Un nuevo análisis compartido con The New York Times muestra cómo países de todo el mundo están añadiendo rápidamente capacidad solar y eólica, ahora más barata y fiable que nunca.

Para seguir estos cambios, investigadores crearon Global Renewables Watch, que mapea toda la energía eólica terrestre y todos los parques solares a gran escala del mundo mediante inteligencia artificial e imágenes satelitales detalladas para crear un “atlas viviente”.

La colaboración —entre el proveedor de satélites Planet, The Nature Conservancy y el AI for Good Lab de Microsoft— está diseñada para rastrear la expansión de la energía eólica y solar a lo largo del tiempo, de modo que los planificadores puedan comprender mejor dónde y cómo construir nuevos proyectos de energía limpia, grandes y pequeños.

Estrategia

Elegir la ubicación adecuada es importante porque las redes eléctricas no siempre pueden gestionar nuevas fuentes de energía ni transportar la electricidad desde lugares soleados y ventosos hasta los centros de población donde se necesita.

Donde el terreno abierto es limitado, los proyectos energéticos suelen implicar sacrificar tierras de cultivo y hábitat natural.

Y, a menudo, muchos de los mejores lugares ya están ocupados.

solar

“Gran parte del desarrollo se ha centrado en las oportunidades más accesibles”, afirmó Joseph Kiesecker, científico principal de The Nature Conservancy, quien ha contribuido a Global Renewables Watch desde que comenzó el trabajo hace dos años.

Los datos ofrecen una visión general de la capacidad de energía limpia existente en tierra firme y de dónde hay margen de crecimiento en cada país.

(No incluye la energía solar en tejados).

China lidera el mundo en capacidad solar y eólica instalada con un margen amplio y creciente.

El ritmo ha aumentado rápidamente, con proyectos en expansión que se extienden por el interior del país.

Sin embargo, en China y en muchos otros países en desarrollo, el uso de carbón y gas también sigue en aumento.

Opciones

En Estados Unidos, la electricidad generada por energía solar y eólica combinadas superó a la del carbón por primera vez el año pasado.

La energía solar por sí sola representó más del 80 % de la nueva capacidad añadida en 2024, un tercio de la cual se instaló en Texas.

Y en California, la incorporación de baterías de almacenamiento a gran escala contribuyó a extender la energía solar en horario nocturno y a estabilizar las redes eléctricas cercanas.

carbono

En la Unión Europea, la energía solar y eólica generaron casi un tercio de la electricidad de la región, más que todos los combustibles fósiles juntos.

Las ventosas costas del norte de Europa son idóneas para la energía eólica, que representó casi el 60% de la electricidad de Dinamarca en 2024.

Sin embargo, la energía solar también ha experimentado un rápido crecimiento, en gran parte a nivel doméstico, a medida que la gente recurre a paneles económicos fabricados en China.

“El costo de los paneles solares se ha reducido drásticamente en los últimos 10 años”, afirmó Dave Jones, director de análisis global de Ember, una organización de investigación energética.

Sumado a los altos precios del gas desde la invasión rusa de Ucrania, “esto constituye un argumento comercial realmente convincente para instalar grandes cantidades de energía solar”.

Esos bajos precios se deben en gran medida a los enormes avances en la fabricación en China, que abastece alrededor del 80% del mercado internacional de paneles solares.

Después de los Países Bajos, los principales importadores de paneles chinos el año pasado fueron Brasil, Pakistán, Arabia Saudíta e India.

La mejora de la tecnología de baterías es otro factor que contribuye a la expansión de la energía solar.

Un almacenamiento más económico y de mejor calidad permite abastecer de energía a los hogares después de la puesta del sol, cuando la gente está cocinando, lavando la ropa o viendo la televisión.

Mientras que los proyectos eólicos se enfrentan a obstáculos crecientes, la energía solar se ha convertido en la opción más viable para aumentar la capacidad de forma rápida, económica y a prácticamente cualquier escala.

Los ambiciosos planes para dejar de añadir dióxido de carbono a la atmósfera para 2050, junto con una afluencia de fondos gubernamentales, han incorporado suficiente energía solar a la red eléctrica australiana, de modo que ahora el sol genera una cuarta parte de la electricidad del país.

En Brasil, importantes inversiones en energía solar y eólica han ayudado a compensar las fluctuaciones en su vasto sistema hidroeléctrico causadas por la sequía.

En muchas economías emergentes, como México, Turquía y Vietnam, la energía solar se ha expandido más rápido que los parques eólicos.

Global Renewables Watch muestra proyectos solares de gran envergadura, y no la energía solar a pequeña escala que se encuentra en muchos países en desarrollo que intentan ampliar el acceso a la electricidad.

Pakistán, por ejemplo, fue el tercer mayor importador de paneles solares chinos el año pasado, pero la gente instaló casi todos en tejados o cerca de granjas y fábricas locales para evitar altas facturas de electricidad y apagones.

El reciente crecimiento de la energía solar y eólica no significa que las energías renovables sean inevitables.

La generación de electricidad solar en Somalia, por ejemplo, pasó de cero al 17 % en la última década, pero Power Africa, el programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional que apoyaba ese crecimiento, fue prácticamente desmantelado por la administración Trump el mes pasado.

El desarrollo en Vietnam se aceleró después de que el gobierno garantizara que pagaría precios superiores a los promotores por la electricidad solar, pero una propuesta para poner fin a esta política de forma retroactiva ahora amenaza miles de millones de dólares en inversiones.

Y en Estados Unidos, la administración Trump está promoviendo los combustibles fósiles y trabajando para ralentizar la transición a las energías renovables.

La dependencia mundial de los combustibles fósiles sigue creciendo, y las temperaturas globales siguen subiendo.

Según la Agencia Internacional de Energías Renovables, la cantidad de proyectos renovables que se añaden cada año tendría que duplicarse para alcanzar el objetivo más ambicioso establecido en el acuerdo climático de París.

Los investigadores esperan que la puesta a disposición del público de sus datos y modelos ayude a mejorar la planificación e instalación de esa nueva capacidad.

“Queremos ver cómo se construyen las energías renovables”, declaró Kiesecker.

“Queremos que la transición se produzca lo más rápido posible”.

Los datos sobre la construcción de energía eólica y solar provienen de Global Renewables Watch, con contribuciones de investigación de AI for Good Lab de Microsoft, The Nature Conservancy y Planet.

Los investigadores entrenaron un modelo de aprendizaje automático para detectar turbinas eólicas terrestres y parques solares a escala de servicios públicos en imágenes satelitales trimestrales de alta resolución.

Planet proporcionó los datos satelitales, que se presentaron en mosaicos trimestrales con una resolución de 4,7 metros, desde el cuarto trimestre de 2017 hasta el segundo trimestre de 2024.

El entrenamiento del modelo incorporó datos de OpenStreetMap sobre instalaciones solares y eólicas conocidas, e implicó entrenamiento adicional y comprobaciones manuales para mejorar la precisión y eliminar falsos positivos.

El modelo no se entrenó en zonas urbanas, donde la energía solar en tejados es mucho más frecuente.

Las áreas designadas como parques solares no tienen en cuenta la separación de los paneles.

Las estimaciones de capacidad se obtuvieron multiplicando el área solar y el número de aerogeneradores por un factor de capacidad estándar y no consideran la tecnología solar o eólica instalada ni las variaciones por país.

c.2025 The New York Times Company



Fuente Clarin.com

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