Miles de militantes se acercan caminando a La Paz para apoyar la candidatura de Evo Morales rumbo a las elecciones presidenciales de agosto en Bolivia, para las que el expresidente está inhabilitado por el tribunal constitucional de ese país, además de que sobre él pesa una orden de captura por un caso de trata. La militancia quiere secundar una eventual inscripción electoral de Morales, decidido a jugar en los comicios. Pero este viernes un ministro de Luis Arce lanzó fuerte advertencia: “Si lo vemos en la calle, lo detendremos”.

“¡Se siente, se siente, Evo presidente!”, se escucha decir por estas horas a varias columnas de militantes que se acercan caminando, desde distintos puntos de Bolivia, hacia la ciudad capital de La Paz, en donde Evo Morales, expresidente en dos mandatos del país andino, busca sellar su candidatura para los comicios presidenciales del próximo agosto.

Morales calienta los motores y también lo hacen sus militantes. El miércoles el Tribunal Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia ratificó un fallo que impide al expresidente inscribirse como candidato a presidente, en vistas a las elecciones presidenciales de agosto. El tribunal reiteró en la víspera que la reelección presidencial es por una sola vez de forma continua y sin posibilidad de un tercer mandato, por lo que Morales no puede ser candidato nuevamente al haber gobernado Bolivia en tres ocasiones (2006-2009, 2010-2014 y 2015-2019). Pero él mantiene sus aspiraciones electorales.

Sobre ese respecto se refirió Luis Arce, actual presidente de Bolivia, en los últimos días, en las mismas declaraciones en que comunicó la declinación de su candidatura: “Desde aquí lanzo un desafío al expresidente Evo Morales de no insistir en ser candidato a la presidencia”, reclamó al exmandatario. En ese sentido, justificó: “Primero, porque constitucionalmente no puede ser y segundo, porque la dispersión y fragmentación del voto sólo favorecería a la derecha”.

Sólo el pueblo puede pedirme que decline la candidatura. No tenemos ambiciones personales. Vamos a obedecer el mandato del pueblo para salvar, otra vez, Bolivia”, escribió más tarde Morales en la red social X.

El jueves comenzó a gestarse una caravana de militantes (tanto civiles como funcionarios) que marcharon desde distintos puntos de Bolivia hacia La Paz, donde Morales busca inscribir su candidatura. “Mañana llegaremos apoyando al hermano Evo Morales… Por razones de seguridad no lo vamos a nosotros informar (dónde está Morales), puede ser adelante, puede ser atrás, puede estar por rutas alternas”, dijo el senador Leonardo Loza a periodistas tras el inicio de la caravana.

Delegaciones de campesinos, cocaleros y mineros, senadores, diputados y concejales del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) leales a Morales, además de sindicalistas que también son afines al exmandatario, conforman las columnas que se arrumban aún hacia La Paz. La mayoría de ellos portan máscaras del exmandatario, que ejerció la magistratura en tres ocasiones (2006-2009, 2010-2014 y 2015-2019).

Sin embargo, este viernes a Morales le llegó una advertencia clara desde el Poder Ejecutivo de su país, que actualmente se encuentra bajo la gestión de Luis Arce, un exaliado político del exmandatario y con quien ahora mantienen un enfrentamiento abierto. “Que se entregue de forma voluntaria a la justicia boliviana”, advirtió el ministro de Gobierno (un homólogo a ministro del interior), Eduardo del Castillo, temprano este viernes.

“Si lo encontramos caminando por las calles paceñas, vamos a dar cumplimiento al mandamiento de aprehensión”, desafió Del Castillo. El ministro justificó sus dichos por una causa judicial que enfrenta Morales, con consecuencias penales.

Morales es investigado por un caso de trata agravada de personas, acusado por la Fiscalía de haber tenido una relación con una menor de edad con quien supuestamente tuvo un hijo cuando era presidente. En octubre de 2024, la fiscal departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez, dictó una orden de captura, que no ha sido ejecutada hasta la fecha. Además está vigente una declaratoria de rebeldía en contra de Morales.

Con información de agencias.



Fuente Clarin.com

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