El presidente Donald Trump le quitó relevancia ala grave filtración de información confidencial desde el Pentágono que desató un escándalo en EE.UU. “Es el único fallo en dos meses y resultó no ser grave”, dijo el magnate que trató de “depravado” al periodista Jeffrey Goldbert de The Altantic que fue incluido por error en el chat que incluyó operaciones secretas en Yemen contra el grupo Hutie. “A nadie le importa un comino” esta historia, añadió sobre el artículo de la revista The Atlantic, del que Goldberg es redactor jefe.
Añadió que su Asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, cuya cuenta Signal fue la fuente de la filtración, ha “aprendido la lección”.
Todo el gobierno salió a disolver el escándalo. El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, afirmó en tono agresivo, que las fuerzas anti-Trump intentan instrumentalizar actos inofensivos y convertirlos en escándalos falsos (…). No permitan que los enemigos de Estados Unidos se salgan con la suya con estas mentiras”, escribió en la red social X.
“No se compartió ninguna información clasificada”, dijo la directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, al ser bombardeada a preguntas por congresistas demócratas durante una audiencia del Senado programada desde hace tiempo.
El dialogo filtrado es sin embargo muy embarazoso para la Casa Blanca. Hay funcionarios relevantes que aparecen en el chat,, entre ellos el jefe del Pentágono que exponen un desprecio muy marcado hacia Europa y sostienen que deberían pagarle a EE.UU. por los ataques a Yemen destinados a liberar el transito de buques mercantes por los martes bajo el blanco de los rebeldes huties.
El jefe de la CIA, John Ratcliffe, reconoció haber participado en los mensajes sobre los preparativos de ataques aéreos contra los rebeldes hutíes, que finalmente se llevaron a cabo el 15 de marzo.
Defendió lo que llamó el uso “autorizado y legal” de la aplicación privada para estos intercambios entre el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe de la diplomacia Marco Rubio, entre otros.
Los demócratas, bastante tibios hasta ahora en su papel de oposición, atacaron al gobierno. El senador Mark Warner criticó la “actitud negligente, imprudente e incompetente” de los lugartenientes de Trump.
El periodista Goldberg afirma haber visto un plan de ataque detallado, con información sobre los objetivos y el progreso de la operación, que no reveló en su artículo publicado el lunes, en aras de proteger la seguridad nacional.
Sobre este tema Trump dijo el martes que los europeos “se han estado aprovechando” y “la Unión Europea ha sido absolutamente terrible” con Estados Unidos, un discurso insistente después de haber llamado reiteradamente “iniciativa atroz” ala Unión Europea, un desprecio que comparte con el autócrata ruso Vladimir Putin.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, condenó “uno de los más asombrosos (fallos de seguridad) en mucho, mucho tiempo”.
Sus correligionarios de los comités de la Cámara de Representantes enviaron una carta a cuatro funcionarios de la Casa Blanca que The Atlantic identificó como potencialmente en el chat de Signal, pidiendo respuestas sobre la información compartida.
“Estamos especialmente preocupados de que las deliberaciones reportadas puedan haber constituido una violación de seguridad, porque se basaron en una aplicación de mensajería electrónica que no está aprobada como un método seguro para comunicar información clasificada y porque incluyeron inadvertidamente al menos una parte no gubernamental”, dice la carta, dirigida al ministro Hegseth, a la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, al canciller Marco Rubio y al asesor de seguridad nacional Waltz.
Los legisladores pidieron que Trump y los funcionarios compartieran otros casos en los que los se pudo intercambiar información confidencial usando Signal y qué medidas está tomando la Casa Blanca para garantizar que esto no vuelva a suceder.
El fundador de Signal, un servicio de mensajería apreciado por los periodistas por su confidencialidad, elogió con ironía su producto en X.
“Hay muchas buenas razones para estar en Signal. Una de ellas es ahora la posibilidad de que el vicepresidente de Estados Unidos te incluya al azar en una discusión de grupo sobre la coordinación de operaciones militares delicadas”.