A partir de los 40 años, pero sobre todo desde los 60 en adelante, muchos hombres y mujeres conviven con el miedo a que el cuerpo les juegue una mala pasada y se les escape orina al reir, estornudar, hacer un esfuerzo, o se les caiga de la nada.
A pesar de que es un problema muy común -afecta a más del 60% de las mujeres y al 40% de los varones mayores de 60-, se estima que solo un tercio de quienes viven con incontinencia urinaria (IU) realizan una consulta profesional en busca de tratamiento.
La mayoría, en cambio, se acostumbra a soportar en silencio los episodios que pueden llegar a afectar severamente la calidad de vida, a tal punto que hay quienes reducen al extremo su vida social por vergüenza.
Por eso, en el Mes Internacional de la Incontinencia Urinaria, que se conmemora en marzo, especialistas buscan sacarla del clóset, visibilizarla, y animar a quienes la sufren a buscar atención.
Qué es la incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria es la pérdida de orina de manera involuntaria. Existen diferentes tipos, aunque dos son los principales: de esfuerzo, cuando la pérdida o escape se produce como consecuencia de un esfuerzo, como toser, reír, estornudar, levantar peso o hacer algún ejercicio; y de urgencia, que se manifiesta con una necesidad intensa y repentina de hacer pis, que cuesta controlar. No obstante, son comunes las formas mixtas, que combinan ambos tipos.
Puede presentarse con diferente severidad e impacto en la calidad de vida. Los especialistas la clasifican en leve, moderada y grave, de acuerdo a la frecuencia, cantidad y afectación de la calidad de vida en función de cuánto limita al paciente en diferentes planos de la vida cotidiana (social, físico, emocional, sexual).
Suscribite a Buena Vida
Cada quince días, Florencia Cunzolo te cuenta lo último para cuidar tu salud y sentirte bien. Registrate acá.
El espectro es tan amplio que abarca a quienes se les escapan unas gotas de vez en cuando en situaciones específicas hasta a personas que “terminan encerradas en su casa, sin salir, sin ver amigos ni familia porque sienten que tienen olor a orina permanentemente”, ejemplificaba en una entrevista reciente con Clarín Christian Cobreros, director médico del Instituto de Urología de Buenos Aires (IUBA) y presidente de la Asociación Latinoamericana de Piso Pélvico (ALPP).
Para el urólogo, que también integra el área de Urología del Sanatorio Finochietto, es un error asimilar a la IU al envejecimiento. Si bien aumenta su prevalencia a medida que la edad avanza, no es una consecuencia inevitable y hay quienes comienzan a experimentar el problema en la mediana edad, a partir de los 40 sobre todo vinculado al ejercicio de alto impacto o excesivo, a los embarazos y al ingreso a la perimenopausia en las mujeres. El exceso de peso también influye.
Pero las causas de la IU son múltiples y varían entre hombres y mujeres. En los varones suele asociarse a la hiperplasia prostática benigna y al tratamiento del cáncer de próstata.
Incontinencia urinaria: diagnóstico y tratamiento
Según Cobreros, si bien todavía el pudor actúa como una barrera que impide a muchas personas buscar atención profesional, cada vez son más las que llevan el problema al consultorio y, en la actualidad, llegan con menos vergüenza que hace algunos años.
En ese sentido, Norberto Bernardo, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Clínicas y director del Centro Argentino de Urología (CAU), subraya la importancia de no demorar la consulta, “ya que cuanto más precozmente se establezca el diagnóstico, mayor será la cantidad de opciones que podremos darle al paciente para fortalecer la musculatura y tratar de reconstituir las condiciones que tenía antes de empezar a perder orina”.
Cuestionario de incontinencia urinaria
El ICIQ-SF (International Consultation on Incontinence Questionnaire) es un
cuestionario autoadministrado que identifica a las personas con
incontinencia de orina y el impacto en la calidad de vida.
Mitos y verdades
El tabú y el estigma que persisten en torno a la incontinencia urinaria (la figura de los “viejos meados” con la que se pretendió ridiculizar a un grupo etario en las últimas elecciones es ejemplo de ello), favorecen la reproducción de mitos y falsas creencias que obstaculizan la búsqueda de diagnóstico y tratamiento.
A raíz de eso, y en vísperas del Día Mundial de la Incontinencia Urinaria -que es el 14 de marzo-, desde el CAU difundieron un documento en el que despejan los principales mitos con los que los pacientes llegan a la consulta médica.
1) No es grave, solo se me escapan unas gotitas cuando me río o hago un esfuerzo
Falso. Toda pérdida de orina se denomina incontinencia; no es algo normal y es una condición que puede perpetuarse o incluso incrementarse con el tiempo. Se recomienda la consulta con el médico.
2) Solo afecta a las personas mayores
Falso. Aunque es más frecuente en adultos mayores, la incontinencia urinaria puede presentarse en jóvenes, especialmente en mujeres después del parto o en atletas de alto rendimiento. Factores como el embarazo, la obesidad y ciertos problemas neurológicos pueden contribuir a su aparición a cualquier edad.
3) La retención de orina beneficia la musculatura pélvica
Falso. La retención de orina es perjudicial y puede traer consecuencias sobre el suelo pélvico y sobre la vejiga a largo plazo. Es recomendable orinar cada vez que se sienta la necesidad. El médico podrá sugerir en algunos casos entrenamiento vesical como parte de un tratamiento integral para regular la frecuencia urinaria, pero eso debe hacerse solo bajo supervisión de un profesional de la salud.
4) Cambiando la alimentación y el ejercicio puede revertirse
Falso. Pese a que siempre es bueno mantener una dieta saludable y hacer ejercicio físico, eso por sí solo en la mayoría de los casos no logrará revertir la condición. Es altamente recomendable la consulta con el urólogo para definir un diagnóstico y el tratamiento correspondiente.
5) Hay alimentos que favorecen la incontinencia
Verdadero. El té, café, mate, gaseosas, los picantes, el chocolate, los jugos cítricos, los complejos de vitamina C y la cebolla, entre otros, son irritantes de la vejiga y podrían contribuir a favorecer situaciones de incontinencia.
6) Es una condición que no tiene tratamiento
Falso. Existen múltiples tratamientos que pueden mejorar o incluso curar la incontinencia urinaria. Desde técnicas de rehabilitación y fortificación del suelo pélvico tendientes a reforzar la musculatura, cambios en el estilo de vida, medicamentos, hasta procedimientos quirúrgicos en casos más severos. En la consulta, el médico urólogo determinará los caminos recomendables para cada caso en particular.
7) Sin tratamiento puede empeorar con el tiempo
Verdadero. Con los años disminuye la fortaleza de la musculatura y la condición lejos de revertirse puede empeorar.
8) Beber menos líquidos ayuda a evitar la incontinencia
Falso. Reducir la ingesta de líquidos puede generar deshidratación y aumentar el riesgo de infecciones urinarias, lo que podría agravar el problema. Lo ideal es mantener una hidratación adecuada y evitar irritantes de la vesícula como la cafeína y el alcohol.
9) Solo las mujeres sufren incontinencia urinaria
Falso. Aunque es más común en mujeres debido a factores como el embarazo y la menopausia, los hombres también pueden desarrollarla, especialmente aquellos con problemas prostáticos o después de una cirugía de próstata.
10) Los productos de higiene femenina sirven para la absorción de la orina
Falso. Las toallitas higiénicas para la menstruación no están diseñadas para esta función. Existen protectores específicos que debe indicar el médico tratante.
11) La incontinencia urinaria puede afectar la vida sexual
Verdadero. En algunos casos, la terapia con foco en el fortalecimiento de la musculatura pelviana también ayuda, sobre todo en las mujeres, a mejorar la vida sexual.
➪¿Tenés alguna duda sobre salud y bienestar que te gustaría que abordemos en la sección? Entrá al Centro de Ayuda de Clarín haciendo click acá, ingresá a Mensaje a la redacción y luego a Preguntas a Buena Vida. Escribinos tu consulta y enviá. ¡Listo!