Ataques aéreos y tiroteos se cobraron la vida de 94 palestinos en Gaza durante la noche, incluyendo 45 que intentaban conseguir ayuda humanitaria, informaron el jueves los hospitales y el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por Hamas.

Cinco personas murieron alrededor de sitios asociados con la Fundación Humanitaria de Gaza, la nueva y discreta organización estadounidense respaldada por Israel para alimentar a la población gazatí, mientras que otras 40 personas murieron esperando camiones de ayuda en otros lugares del sitiado enclave palestino.

El ejército de Israel no hizo comentarios de inmediato sobre los ataques.

Este jueves, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional publicó un informe en el que acusó a Israel y a la Fundación Humanitaria de Gaza de utilizar tácticas de inanición contra los palestinos para continuar cometiendo genocidio en la Gaza.

Decenas de personas murieron a causa de los ataques aéreos que golpearon la Franja el miércoles por la noche y el jueves por la mañana, 15 de ellas en una operación contra tiendas de campaña instaladas en Muwasi, una zona donde se refugian muchos palestinos desplazados. Otro ataque, contra una escuela de la Ciudad de Gaza convertida en albergue para desplazados, causó otras 15 víctimas mortales.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo que el número de palestinos fallecidos en Gaza ha superado los 57.000, incluyendo 223 desaparecidos que fueron declarados muertos, desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023. El Ministerio no diferencia entre víctimas civiles y combatientes en su conteo, pero sostiene que más de la mitad son mujeres y niños.

Los decesos se producen mientras Israel y Hamas se acercan a un posible alto el fuego que pondría fin a la guerra de 21 meses.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el martes que Israel había aceptado los términos para un alto el fuego de 60 días en la Franja e instó a Hamas a dar el visto bueno al acuerdo antes de que las condiciones empeoren.

Pero la respuesta del grupo rebelde, que hizo hincapié en su exigencia de que termine la guerra, planteó dudas sobre si la última oferta podría materializarse en una pausa real en los combates.

El ejército israelí culpa a Hamas de las bajas civiles porque, según dice, opera desde zonas habitadas. El ejército dijo que el miércoles atacó a insurgentes del grupo extremista palestino y lanzacohetes en el norte de Gaza que dispararon proyectiles hacia Israel.

El grupo de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Reino Unido, condenó tanto a Israel como a la Fundación Humanitaria de Gaza, designada por las autoridades israelíes y estadounidenses para hacerse cargo de la distribución de ayuda humanitaria en la Franja en sustitución de una red dirigida por Naciones Unidas.

El informe de Amnistía indicó que Israel ha “convertido la búsqueda de ayuda en una trampa mortal para los palestinos desesperados y hambrientos” a través de los centros militarizados de la FHG. Las condiciones han creado “una mezcla letal de hambre y enfermedades que está llevando a la población al límite”, agregó.

El ministro israelí de Exteriores criticó el reporte de Amnistía señalando que la organización “se ha aliado con Hamas y ha adoptado totalmente todas sus mentiras propagandísticas”.

Por su parte, el Ministerio de Salud de Gaza dice que más de 500 palestinos han muerto en o cerca de los centros de distribución de la FHG en el último mes, incluyendo los cinco decesos registrados durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves en Jan Yunis.

Estos complejos están custodiados por contratistas de seguridad privados y se ubican cerca de posiciones militares israelíes. Funcionarios y testigos palestinos han acusado a las fuerzas israelíes de disparar contra multitudes en las inmediaciones.

La guerra comenzó cuando terroristas liderados por Hamas asaltaron el sur de Israel y mataron a unas 1.200 personas, además de tomar alrededor de más 250 como rehenes.

El conflicto ha dejado el territorio costero en ruinas, con gran parte de su paisaje urbano arrasado en los combates. Más del 90% de sus 2,3 millones de habitantes se han visto obligados a abandonar sus hogares, a menudo en varias ocasiones. La guerra ha provocado además una crisis humanitaria en el enclave, donde cientos de miles de personas pasan hambre.



Fuente Clarin.com

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