Las recientes inundaciones en Bahía Blanca han devastado a miles de personas, dejando a muchos sin hogar y sin medios de subsistencia. Mientras la prensa se centra en la miseria de las víctimas, es crucial examinar las raíces del problema y quiénes son los responsables y culpables de estos eventos. El cambio climático, impulsado por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, la deforestación, y la urbanización descontrolada, ha exacerbado los eventos climáticos extremos.
Las inundaciones en Bahía Blanca son una manifestación de este fenómeno global. Los principales culpables de estas catástrofes son las industrias contaminantes y los gobiernos que no implementan políticas efectivas para mitigar los efectos del cambio climático.
Las industrias que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, son las principales responsables del calentamiento global. Estas emisiones provienen de plantas de energía, fábricas, y la agricultura intensiva. A pesar de las advertencias científicas, muchas empresas continúan priorizando las ganancias sobre la sostenibilidad ambiental. Los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos mediante la implementación de políticas ambientales efectivas.
Sin embargo, en muchos casos, la falta de voluntad política y la influencia de grupos de presión han resultado en la insuficiente regulación y control de las actividades contaminantes. Además, se suma la falta de infraestructura adecuada para manejar eventos climáticos extremos lo que agrava la situación. La inacción frente al cambio climático tiene consecuencias devastadoras. Las inundaciones no sólo destruyen propiedades y medios de vida, sino que también causan pérdidas humanas irreparables. Usualmente las personas más afectadas suelen ser las más vulnerables, aquellas que tienen menos recursos para recuperarse de los desastres. Las comunidades pobres son las que más sufren las consecuencias del cambio climático.
Muchas de las víctimas de las inundaciones son personas de bajos ingresos que viven en áreas propensas a inundaciones. En publicaciones que ha hecho Bill Gates en una red social llamada Linkedin desde su organización Gates Foundation, que maneja con su esposa, es un firme promotor para que se implementen medidas a los fines de tratar de prevenir y evitar estos desastres naturales causados por el cambio climático.
Predijo hace más de 2 años que los desastres producidos por el cambio climático iban a causar más muertos que los muertos por el Covid, y no cabe duda que estamos yendo en esa dirección. La falta de inversión en infraestructuras y de planes de emergencia eficientes aumenta la vulnerabilidad de estas comunidades.
Para reducir los efectos del cambio climático y evitar futuras catástrofes, es fundamental aumentar la conciencia pública y tomar medidas concretas. La educación ambiental y la participación ciudadana, en mi caso en particular yo hace más de 10 años que no recibo facturas impresas de todos los servicios de mi casa, pólizas de seguros, etc. ni personales.
Mi intención es que con las hojas que no impriman en papel se pueda salvar al menos un árbol. Si una persona contribuye a que no se impriman unas 120 hojas al año y la población mundial es de 7800 millones de personas, si tan solo el 10% de ellas ahorrara 120 hojas al año, se evitarían imprimir unos 10 millones de hojas por año.
Si un árbol produce unas 20.000 hojas, se podría evitar la tala de 1.100 árboles por año. La humanidad entera debe tomar conciencia que la naturaleza no cambia de un día para el otro, le toma años regularizarse. En definitiva, son esenciales para fomentar un cambio de comportamiento y demandar acciones a los responsables de prevenir las consecuencias de los desastres naturales provocados estos fenómenos.
Guillermo Recalde / recal2215@gmail.com
Ese impulso que nos caracteriza
El lunes 10 se conocieron datos que podrían haberse evitado. El tremendo temporal que azotó Bahía Blanca dejó como saldo trágico 16 muertos. De los fallecidos por la inundación, 11 eran mujeres y 5 hombres. La mayoría sufrió ahogamiento. Cinco de las víctimas estaban en residencias geriátricas. Muchas familias quedaron literalmente sin nada. Hubo calles convertidas en ríos, barrios arrasados y familias que lo perdieron todo. Y otros viven el día a día. Hoy, crecieron 25% las denuncias por robos, los datos los confirmó el fiscal general del distrito: hubo 90 en menos de una semana. El agua ya bajó, pero la gente sigue intentando recuperarse como puede.
El lector Recalde enuncia algunas medidas que podrían evitar a largo plazo los desastres naturales. “Implementar políticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. Invertir en infraestructuras que puedan resistir eventos climáticos extremos, como drenajes y barreras contra inundaciones. Fomentar la reforestación y la conservación de ecosistemas naturales que actúan como barreras naturales contra las inundaciones. Programas educativos para la población sobre las causas y consecuencias del cambio climático y cómo pueden contribuir a mitigarlo. Colaborar a nivel internacional para abordar el cambio climático, compartiendo conocimientos y recursos”.
E insiste con una urgente necesidad: abordar el tema del cambio climático, “para avanzar hacia un futuro más seguro y sostenible. Sólo a través de la conciencia y la acción colectiva podremos mitigar los efectos del cambio climático y proteger a las generaciones futuras”.
Mientras tanto, en Bahía Blanca, la única asistencia es la solidaridad que les llega de distintos puntos de todo el país. Es un impulso que nos caracteriza ante la inacción de quienes llegaron tarde o de esos que ni siquiera se pusieron las botas ni se arremangaron los pantalones.