Veinticinco años atrás se decía que Richard Sandrak iba a ser el hombre más poderoso de la Tierra. Tenía 8 y estaba tan entrenado como cualquier fisicoculturista adulto. Hoy, a sus 32, su realidad es bastante diferente.

Sandrak habló por primera vez de las consecuencias de los abusos de su padre en su vida adulta.

En el foco de su entrevista con Metro está Pavel Sandrak, su papá, quien convirtió su infancia en un infierno al obligarlo a entrenar para que fuera el nuevo Schwarzenegger.

“Cuando la gente habla de un recuerdo de la infancia, normalmente se asocia a algo positivo. No me siento identificado con eso. Para mí era algo cotidiano que mi padre abusara física y emocionalmente de mí“, confesó Richard.

De niño se ejercitaba ocho horas por día. Levantaba pesas todo el tiempo y hacía una dieta de alimentación “pura y limpia, sin azúcar, a la altura de un atleta”.

Generalmente acataba órdenes de su padre, que cuando tenía “ataques de ira” era capaz de hacerle dar patadas triples durante 12 horas consecutivas. Algo “extremadamente agotador” y “emocionalmente pesado” como una “toma de rehenes”.

Hulk Hogan y Richard Sandrak en 2005. Foto: AFPHulk Hogan y Richard Sandrak en 2005. Foto: AFP

Todo cambió cuando su padre fue preso por golpear a su mamá.

El día en que Richard vio que la situación entre sus padres no daba para más tomó la decisión que iba a mejorar su vida para siempre: llamó a la policía y denunció a Pavel.

“Los llamé, les dije que no hicieran sonar las sirenas, y vinieron y se lo llevaron. Fue un soplo de aire fresco desde entonces”, reveló.

Sandrak abandonó el culturismo a los 16 años. Foto: AFPSandrak abandonó el culturismo a los 16 años. Foto: AFP

Ya sin la presencia de su padre, el Richard de 11 años descubrió una nueva vida: amigos a los que podía pedirles consejos, una mamá en la que apoyarse, la libertad de poder decir “no”, comer lo que quisiera.

Luego llegaron sus problemas en la escuela, la mayoría derivados de su falta de habilidades sociales por haber vivido una vida enfocado en su entrenamiento: “Fue simplemente por quién era yo y, esencialmente, por lo que me obligaron a ser: nunca fue mi pasión entrenar de seis a ocho horas al día”.

A los 16 abandonó definitivamente el culturismo para abocarse a otros deportes que sí le gustaban, como la gimnasia, la natación o el básquet. Incluso llegó a probar con la actuación.

Sus años de entrenamiento le pasarían factura a nivel físico, hoy tiene las rodillas y sus tobillos “acabados”; a nivel psicológico, se volvió alcohólico.

El ex niño fisicoculturista cambió las pesas por otros deportes.El ex niño fisicoculturista cambió las pesas por otros deportes.

“Durante mucho tiempo fui una parte importante de mi personalidad. Salía mucho de fiesta y, en todo lo que hacía, me aseguraba de tener siempre alcohol a mano. Se convirtió en un problema bastante serio”, contó.

Y añadió: “Mi padre me afectó profundamente y ser famoso te pone en situaciones peculiares; muchas de las personas con las que me relacionaba también consumían drogas en exceso o iban a fiestas todo el tiempo. Se convierte en algo normal a una edad temprana”.

Después de un momento bisagra en su salud, Richard decidió internarse y eso le ayudó a dejar para siempre las drogas y el alcohol.

Así luce Sandrak hoy en día.Así luce Sandrak hoy en día.

Hoy hace prácticamente un año y medio que no toma. “Nunca me sentí mejor (…) Estoy en una transición interesante en mi vida ahora mismo. Me convertí en viral antes de la era viral. Cuando obligas a alguien a ser algo que no es, eso le pasa una gran factura emocional, y es por eso que muchos jóvenes famosos pasan por una adicción”.

Ahora vive en el Valle de San Fernando, en California, con su novia y sus dos gatos. E intenta salir adelante estudiando diferentes carreras y profesiones, como chef y gerente comercial.



Fuente Clarin.com

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