Hay deportes y actividades físicas que no requieren mucho tiempo de aprendizaje antes de empezar a practicarlas. De hecho, varias se pueden hacer sin tener ningún tipo de conocimiento sobre el tema y hacerlo de igual manera. Este no es el caso del buceo, algo que requiere de una adaptación y preparación previa.
El buceo se puede practicar de forma recreativa o profesional. Para ambas se requiere de un curso de adaptación previo, pero el tipo de navegación determinará el tiempo necesario antes de tirarse al agua con el equipo completo.
Generalmente, el proceso de adaptación para aguas abiertas suele ser de 3 a 5 días. Esto comprende una parte teórica, que puede durar entre 12 y 15 horas en completarse, y consta de charlas, videos, documentos y algunos exámenes para corroborar lo aprendido.
Los instructores también se encargan de enseñar cómo es la comunicación bajo el agua, un aspecto clave para poder andar en grupo, el manejo de emergencias que puedan surgir al momento del buceo y mejorar la flotabilidad bajo el agua.
Una vez completada esta etapa, las personas pasan directamente a las pruebas prácticas. Lo primero será conocer el equipamiento y aprender a prepararlo uno mismo, como también a manipularlo y limpiarlo.
Practicar esta actividad física sin preparación previa puede traer algunos problemas centrales, como no conocer el funcionamiento del equipo, las técnicas de respiración y cómo proceder ante las situaciones de emergencia.
A su vez, esto puede traducirse en algunas lesiones físicas como problemas en los oídos y pulmones como consecuencia del cambio de presión bajo el agua, enfermedades de descompresión (sucede cuando el nitrógeno disuelto en la sangre forma burbujas por ascender demasiado rápido), alguna lesión provocada por algún animal dentro del agua y el ahogamiento, producto del pánico, inconvenientes con el equipo y la falta de experiencia.
En Argentina existen una gran cantidad de destinos con aguas abiertas, ríos o lagos que permiten disfrutar de esta actividad. Una de las más elegidas es la Patagonia, ya que ofrece varios destinos con opciones tanto marítimas en el este, como también las cordilleras en el oeste.
Otro muy común para esta disciplina es Puerto Madryn, reconocido por muchos como la capital del buceo en el país