Los haberes jubilatorios están definidos para 2025: van a seguir ajustándose por la inflación con un rezago de 2 meses, de acuerdo a la movilidad vigente.
En enero, recibieron un incremento de 2,43% por la inflación de noviembre. En febrero, 2,7% por el IPC de diciembre. Y en marzo tendrán una suba de 2,21%, equivalente a la inflación de enero.
En lo que resta de 2025, las jubilaciones y pensiones acompañaran con esos 2 meses de retraso a la inflación. De aquí se desprende que no tendrán un retroceso por encima de lo que perdieron en los últimos años durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, pero tampoco una mejora si crecen la economia o los salarios.
Sin embargo, por ejemplo en marzo las subas de las jubilaciones serán más bajas – entre 1,6% y 1,8%— para los haberes mínimos que perciben casi 5 millones de jubilados y pensionados. Y eso se debe a que el Gobierno seguirá pagando el bono de hasta $ 70.000 que viene otorgando a jubilados y pensionados desde marzo del año pasado y que no contemplará ningún ajuste por inflación o movilidad.
Si el bono se hubiera ajustado al igual que los haberes debería ser de $145.370, lo que elevaría la jubilación mínima con bonos a $ 425.294 versus $ 349.924 actuales. Y si se hubiera integrado al haber, esos jubilados habrían cobrado mes a mes la totalidad del porcentaje de inflación y el proporcional del aguinaldo en junio y diciembre del año pasado..
Así, mientras se mantenga congelado el bono de hasta $ 70.000, los jubilados de haberes mínimo recibirán aumentos inferiores a la inflación, profundizando la pérdida del poder adquisitivo que tuvieron con los gobiernos de Macri y Fernández y en lo que va de la gestión de Javier Milei.
Por ejemplo, la jubilación mínima con el bono adicional de hasta $ 70.000 tuvo en 2024 un aumento del 105,1%. La PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor) con bono, 99%. Y las PNC (Pensiones No Contributivas), un incremento nominal de 95,1%.
Contra un IPC que en 2024 subió 117,8%, la pérdida del poder adquisitivo de casi 5 millones de jubilados y pensiones fue de entre –5,8% y – 8,6%.
Sin embargo, es sabido que el dato oficial de inflación está desactualizado porque se calcula según el peso o las ponderaciones de cada rubro ( alimentos, educación, vestimenta, salud, etc) que surgió de la Encuesta Nacional del Gasto de los Hogares (ENGHO) de 2004-2005 con un índice de precios base de 2016.
Si se calculara de la última ENGHO 2017/18 con base 2023 la inflación del año pasado habría sido de 133,6% y la pérdida de poder adquisitivo habría sido entre –12,2% y – 14,8%.
Moratorias
Por otro lado, por la enorme informalidad, al alcanzar las edades jubilatorias, más del 85% las trabajadoras y trabajadores no reúnen los 30 años de aportes porque los empleadores no hicieron esos aportes y tampoco aportaron los que trabajaban por cuenta propia.
Las moratorias fueron una alternativa de jubilación para esos sectores, con la contrapartida que el sistema no recibió la totalidad de los aportes y contribuciones de esos trabajadores, descontando la ANSeS la deuda por los años no aportados del haber jubilatorio.Sin embargo, el 23 de marzo vence la moratoria.
En 2024 más de 70% de las altas jubilatorias se obtuvieron por moratoria. Luego de marzo, la única opción que tendría ese universo de personas que no reúne los 30 años de aportes es acceder al PUAM ( Pensión Universal al Adulto Mayor) a los 65 años, tanto para mujeres como para varones que se encuentren en situación de vulnerabilidad, con la garantía de cobrar 80% del haber mínimo, sin derecho a la pensión por fallecimiento del cónyuge o conviviente.
En la actualidad, sobre 21 millones de personas con empleo, los aportantes suman más de 13 millones (sin la garantía de que sumen los 30 años al alcanzar las edades jubilatorias), de lo que se desprende que más de 8 millones se desempeñan en la informalidad. Una crisis que va más allá de lo previsional.