El sábado 29 de marzo ocurrió el eclipse solar parcial y la Luna nueva en Aries. En un consenso general de los astrólogos, el evento, que fue visible en el noroeste de África, Europa y norte de Rusia, seguirá movilizando las energías hasta la próxima Luna nueva en Tauro, a finales de abril. Entonces, ¿cuándo empezará la nueva temporada de eclipses?
En la actualidad, el cálculo de las fechas en las que habrá eclipses es mucho más preciso. Se sabe que en un año puede haber de cuatro a seis eclipses, aunque esto último es poco frecuente.
Esta década habrá varios años excepcionales: en 2027 y en 2028 habrá cinco eclipses anuales respectivamente, y en 2029, llegaremos a vivir seis: cuatro eclipses solares y dos eclipses lunares.
Al año, los eclipses siempre se dividen en dos temporadas y, entre una y otra, transcurren unos seis meses. De ahí que, la próxima temporada de eclipses sea en septiembre de 2025.
El primero, un eclipse lunar total, será el 7 de septiembre de 2025. Ocurrirá junto con la Luna llena en Piscis, donde se ubica el nodo norte desde el 11 de enero de este año. Pertenece a la serie Saros 128.
El momento del máximo eclipse será a las 03:11 p.m. (hora Argentina), pero no será visible en América. Según informó el observatorio del Servicio de Hidrografía Naval, la Luna un tono rojizo podrá verse en Europa, África, Asia y Australia.
Su sucesor será el eclipse solar parcial en Virgo del 21 de septiembre de 2025. Pertenece a la serie Saros 154. Al ser parcial, la Luna solo cubrirá una parte de la esfera solar y no se producirán los efectos visuales más vistosos: ni el “anillo de fuego” del eclipse anular ni el ocultamiento del eclipse solar total.
El momento del máximo eclipse será a las 04:41 p.m. (hora Argentina) y únicamente será visible desde el sur del océano Pacífico, Nueva Zelanda y una porción de la Antártida.
Para la astrología, el último eclipse del 2025 será un gran preámbulo energético. Un día después, el 22 de septiembre, será el equinoccio de primavera y el ingreso del Sol al signo de Libra.
El astrólogo y docente Juan Pedro Giménez había adelantado en su análisis anual que el eclipse solar del 21 de septiembre contará con un buen aspecto entre el Sol y la Luna, ambos en Virgo, en trígono a Plutón en Acuario y Urano en Géminis. Se formará, además, un aspecto planetario inusual conocido como “barrilete” o “cometa” cósmico y que es considerado como uno de los más armónicos.
“El panorama, en esa época, parece bastante más luminoso, fluido, y capaz de llevar esa transformación plutoniana o esos cambios uranianos a buen puerto”, estimó el astrólogo.
El cielo del último eclipse del año se completará con otro aspecto potente: la conjunción de Saturno y Neptuno. Aunque el primero se ubicará en Piscis y el segundo en Aries estarán a poquísimos grados de distancia. Saturno simboliza la madurez, el paso del tiempo y los límites, mientras que Neptuno representa la fantasía, la imaginación y la espiritualidad. Será importante lograr integrar estas energías una vez que el eclipse culmine.