Las hojas comienzan a tomar tonalidades marrones, las temperaturas bajan, los días se acortan… Sí, sentimos que el otoño ya está entre nosotros. Pero, exactamente, ¿qué es el equinoccio de otoño? ¿Cuándo comienza la nueva estación?
Primero, debemos tener en cuenta que el inicio del otoño y la primavera se da a través de un un fenómeno astronómico que se llama equinoccio y que se caracteriza por ser el momento en que los rayos del sol inciden perpendicularmente sobre la línea del Ecuador.
Como también indica la astronomía, el equinoccio de otoño puede ocurrir, en el hemisferio sur, entre el 19 y el 21 de marzo, dependiendo del año. Y, por su parte, en el hemisferio norte, tiene lugar al mismo tiempo el equinoccio de primavera.
Este 2025, en Argentina, el equinoccio de otoño es el jueves 20 de marzo a las 06.01, informa el Servicio de Hidrografía Naval (SHN). Y detalla que se extenderá hasta el inicio del solsticio de invierno, que tendrá lugar el sábado 21 de junio a las 02:42.
Si bien la creencia popular indica que el otoño comienza el 21 de marzo, esto no siempre es así. Lo mismo ocurre con la fecha establecida para la primavera (21 de septiembre), el invierno (21 de junio) y el verano (21 de diciembre).
Sucede que, como explica el sitio mencionado, equinoccios y solsticios marcan el comienzo de las estaciones astronómicas, cuyas fechas no coinciden año tras año.
“Esto se debe a que el año trópico, intervalo de tiempo entre dos pasos sucesivos del Sol por el equinoccio vernal, igual a 365.2422 días solares medios, no es divisible con el año del calendario gregoriano, de 365.2425 días solares medios. Pero sólo después de un ciclo de 400 años las estaciones vuelven a comenzar en los mismos días, aproximadamente”, detallan.
Durante el equinoccio, el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador, lo que provoca que ese día precisamente el día y la noche tengan aproximadamente la misma duración en todo el mundo.
Este evento tiene lugar debido a la inclinación axial de la Tierra, que es de aproximadamente 23.5 grados con respecto a su órbita alrededor del Sol. La palabra equinoccio proviene del latín aequus (igual) y nox (noche), lo que hace referencia a la igualdad en la extensión de horas de luz y horas de oscuridad.
Así, a diferencia de los equinoccios, los solsticios son eventos que marcan los puntos más extremos de la inclinación de la Tierra hacia o alejándose del Sol. Esto significa que los hemisferios reciben cantidades completamente diferentes de luz solar, y los días y las noches son en extremo desiguales.
En este sentido, el día del solsticio de invierno en el hemisferio sur, por ejemplo, es el día con menos horas de luz y mayor cantidad de horas de oscuridad; por el contrario, en el norte, empieza el verano y es el día más largo del año y la noche más corta.
El cambio de estaciones tiene profundas implicaciones culturales y sociales en muchas partes del mundo.
En diversas culturas, los equinoccios y solsticios se celebran con festivales y rituales que marcan el cambio de estaciones. Por ejemplo, en algunas culturas indígenas, el equinoccio de otoño es un momento para agradecer la cosecha y prepararse para los meses más fríos.
Y el cambio de estaciones también afecta la naturaleza de manera significativa. En otoño, por ejemplo, muchas plantas entran en un estado de latencia, los animales comienzan a prepararse para el invierno, y las migraciones de aves son comunes.
Estos cambios son esenciales para el ciclo de vida de muchas especies y para el equilibrio de los ecosistemas.