La actividad física es esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo humano, sin importar si se trata de una maratón, jugar al fútbol o practicar natación, entre tantas otras. Las personas amantes del agua pueden incorporar el buceo en su rutina, una actividad que es fundamental para mejorar el cuerpo y la mente.
Beneficios del buceo para la mente y el cuerpo
Toda actividad física trae grandes beneficios para el organismo, pero el buceo también tiene una gran contribución con el sistema nervioso.
Entre sus múltiples aportes, se destaca una mejoría en la concentración, producto de la atención y el ritmo de respiración que requiere, como también la reducción del estrés y la ansiedad. Muchas personas que lo practican lo definen como una actividad relajante y terapéutica.
Un aspecto fundamental es preguntarle al instructor cómo será la etapa de aprendizaje: preferentemente se recomienda comenzar en una pileta y luego pasar a aguas abiertas. Además, la confianza entre todo el equipo es clave para comunicarse y entenderse debajo del agua.

De hecho, algunas personas también aseguran que han incrementado su confianza desde el momento que practican buceo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de explorar un lugar desconocido completamente debajo del agua.
Esto también permite una mayor conexión con la naturaleza, algo que impacta sobre el bienestar mental.
Siguiendo esa línea, también son múltiples los beneficios que tiene para el cuerpo humano. Entre los más comunes se encuentran la mejora de la salud cardiovascular y de los pulmones, algo que se obtiene con cualquier ejercicio aeróbico, como también un fortalecimiento de los músculos, principalmente de las piernas, los brazos y el abdomen.
El buceo también aumenta la resistencia física, ya que hay que estar en constante movimiento y no hay tiempo para los descansos mientras se practica la actividad. Al mismo tiempo, también contribuye con la flexibilidad y movilidad de las articulaciones.
Consejos a tener en cuenta antes de bucear
Bucear no es para cualquiera y hay que estar preparado en varios aspectos. Por ello, las personas con nula o poca experiencia suelen tomar un curso de certificación con una agencia de buceo en caso de querer hacerlo de forma regular.
A través de ellos se pueden incorporar conceptos teóricos y prácticos que luego se van a utilizar durante el ejercicio. Además, también hay que superar una serie de exámenes médicos para garantizar la seguridad y la salud de la persona que quiere llevarlo a cabo. Esto, teniendo en cuenta que la falta de preparación física puede provocar lesiones.
Otro aspecto fundamental es el equipamiento: tener un equipo de buen nivel no sólo garantiza una mayor seguridad bajo el agua, sino que también contribuye con la comodidad al momento de realizar los movimientos. Entre ellos se destacan una máscara, un snorkel, aletas, un chaleco compensador, un regulador y un tanque de aire.

Esta actividad siempre se realiza en grupos de varias personas o, como mínimo, de a dos. Esto permite garantizar aún más la seguridad de cada uno, además de tener a alguien para socorrer ante cualquier emergencia.