El economista Ricardo Arriazu hizo una presentación el martes titulada “Balance del plan de Estabilización”. Entre muchas de las definiciones destacadas hubo una en línea con lo que varios analistas empiezan a subrayar cada vez más. También en consonancia con los rumores del viernes al cierre del mercado tras el salto en los volúmenes operados de dólar futuro y un análisis que el Gobierno viene haciendo puertas adentro sobre qué condiciones objetivas hay para flexibilizar el cepo.
“Creo que liberarán mucho el cepo”, vaticinó Arriazu en esa charla en el Jockey Club.
El economista, uno de los que mejor pronosticó la caída de la tasa de inflación para 2024 no bien asumió el gobierno Javier Milei -estimó 140% cuando el REM decía 237%-, hizo esa afirmación en el marco de un análisis más extenso sobre el programa de Facilidades Extendidas con el FMI que el país negocia. Aclaró que la apertura del cepo no será total -los giros de dividendos y regalías que empresas multinacionales tienen retenidos serán reprogramado en cuotas- y que hay desafíos por delante aún cuando el Banco Central reciba dólares para integrar a sus reservas: Arriazu tiene reparos sobre el funcionamiento de un régimen de flotación cambiaria en la Argentina. (“El tipo de cambio tiene que estar estable y no puede ser libre mientras sea unidad de cuenta. Cuando deje de ser unidad cuenta y la gente se olvide del dólar me importa un pepino lo que pase con el dólar. Eso es Brasil, es Chile”).
Esta semana fueron varios los economistas que en charlas privadas para sus clientes dieron a entender que el Gobierno flexibilizará el cepo como vía para obtener más desembolsos por parte del Fondo. Desde 1816, Empiria o Econviews, todos hablan de distintas alternativas, pero básicamente coinciden en que eliminar el dólar blend, intervenir menos en el contado con liqui o hacerlo dentro de un esquema con bandas, son alternativas que lucen plausibles para lograr el objetivo. Descuentan que el Gobierno no permitirá una devaluación.
“No hay que descartar que en los próximos meses se mantenga el esquema actual de tipo de cambio cuasi-fijo, con modificaciones en el dólar blend y algo más de flexibilidad a los dólares paralelos”, escribió Miguel Kiguel en un informe el viernes para Econviews.
A la mirada de los economistas se sumó la del mercado el viernes por la tarde. En esa jornada el Banco Central vendió US$ 474 millones y el mercado de futuros operó US$ 1.800 millones. Fueron casi US$ 3.000 millones en la rueda.
“Fue una sorpresa lo del viernes porque ambos mercados venían calmos. Hubo compras muy fuertes de dólares en el mercado spot y en el futuro, sobre todo para los próximos tres meses como si uno pensara que dentro del acuerdo del FMI habrá algún cambio en el crawling peg del 1% de corto plazo y eso llevó a algunas subas en el futuro”, explicó Sebastián Menescaldi, economista de Eco Go. “Tampoco pareció una liquidación de carry trade porque los precios de los bonos siguieron en verde”.
En las últimas semanas hubo conversaciones entre las altas autoridades del Gobierno sobre qué condiciones monetarias hay para flexibilizar el cepo y si hay suficientes pesos (o no) para ‘ir’ al dólar. Clarín contó el fin de semana pasado que en el Gobierno resaltan el bajo grado de monetización de la economía como porción del PIB.
Hasta hace unas semanas atrás, muchos asignaban una baja probabilidad (o ninguna) de que el Gobierno empezara a remover el cepo antes de las elecciones. Ahora parece que eso habría cambiado.
Puede especularse qué razones habrían llevado, o llevarían, al Gobierno a cambiar de parecer: la búsqueda de un mayor desembolso, el temor a un empeoramiento de las condiciones externas para los meses de campaña o los riesgos de llegar con el dólar casi fijo y sin reservas hasta noviembre.
Lo cierto es que el mercado, el viernes, no asignó probabilidad cero a que el Gobierno flexibilice el cepo antes de lo esperado.
Arriazu lo explicó de este modo.
“Al cepo hay que sacarlo y removerlo de a poco cuando se puede -explicó en su presentación-, obviamente la Argentina no va a devaluar, pero mi preocupación es que al Presidente le gusta la flotación y al FMI le gusta la flotación. Mucho me temo que van a querer poner una flotación con banda parecida a la de 2018 y eso va a crear problemas […] ¿La plata que vendrá del FMI permite abrir el cepo? Todavía no. Facilita enormemente, casi no hay importaciones impagas. El peligro argentino son los dividendos y que la gente tome sus pesos y salga corriendo a comprar dólares y el Gobierno no tenga suficiente. Un acuerdo que no permita intervenir en el mercado no sirve absolutamente para nada y eso fue el acuerdo de 2018. Acá creo que el Gobierno lo tiene claro. Me dicen que hay alguna diferencia entre el Presidente que quiere flotar y el Banco Central y Economía que no quieren flotar. Insisto: devaluación no habrá, el peligro es que pongan una banda cambiaria que genere cierta incertidumbre. Es cierto que van a cancelar deuda del BCRA y da liquidez. ¿Pero para qué sirve si no la pueden usar? Creo que liberarán mucho el cepo pero no del todo. Para dividendos y regalías no lo van a hacer en cuotas”.
Hacia adelante, y con miras a 2025, el economista dijo:
“La inflación cayó a 2%. El 2% es absolutamente inaceptable. Si quiere seguir bajando la inflación tengo que seguir bajando la tasa devaluación, no tengo otra, que es lo que hizo el Gobierno bajándola a 1%. Si la mantienen en 1% todo el año y se dan todos los supuestos de que no suben más las tarifas y los precios internacionales no varían, la inflación de este año sería 18%. ¿Me puedo equivocar? Sí. Si las tarifas, los precios internacionales y el esquema cambiario actúan distinto”, dijo refiriéndose a la adopción de bandas de flotación. (La exposición de Arriazu puede verse en Youtube en el canal del Jockey Club).