Con la idea de impulsar un nodo del arte local y regional en la provincia de Córdoba, entre el 3 y el 6 de abril debuta la feria Capital, que reúne en un distrito empresarial a 24 galerías y proyectos de diferentes ciudades de Argentina, Brasil, Chile, Perú y México. Concebida como una feria boutique, esta iniciativa privada adoptó un modelo curatorial que seleccionó un grupo de galerías invitadas.

“Es vital la idea de que tenga un carácter privado porque nos permite marcar nuevos horizontes, links con empresas y captar a nuevos compradores de arte, más allá de los coleccionistas”, señala a Clarín Mercedes López Moreyra, codirectora y curadora de Capital junto a Luz Novillo Corvalán.

La locación elegida manifiesta el espíritu de la feria: el futuro centro de convenciones, aún con las paredes de hormigón, del Distrito Capitalinas, un edificio donde tienen su sede 55 empresas nacionales y multinacionales. “Es muy interesante la arquitectura en construcción porque la feria se concibe en construcción”, agregó López Moreyra sobre la iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba Cultura, del Gobierno de la Provincia de Córdoba, más allá de que la ciudad organiza su feria histórica.

En su primera edición, Capital busca impulsar el mercado con una selección curatorial de 24 galerías con eje en Latinoamérica. Entre ellas, dos galerías brasileñas: Cada (Río de Janeiro) Gruta (San Pablo); dos de Santiago de Chile: NAC y OMA; una de Perú: Paiján (Trujillo); otra de Ciudad de México, PARA A; y el resto de diferentes ciudades de la Argentina.

El listado incluye una buena representación de Córdoba: Via Margutta, Mina, Sasha D, Marchiaro, Artis, Satélite y Maria Wonda, de la capital provincial; Ankara, de Colonia Caroya; y Esaa, de Unquillo. Se suman las galerías rosarinas Crudo, Diego Obligado, Espacio Barraco y Subsuelo. Y Linse, Miranda Bosch, Moria, Oda y Valeries Factory van en representación de las galerías porteñas.

“Buscamos priorizar el contenido, la curaduría y los procesos. Entre todos ponderamos la profesionalización del sector, con parámetros interesantes para las producciones a exponer, y también que haya una representación de trayectorias diferentes, como otras formas de comercializar arte sin ser específicamente una galería”, sostiene la curadora.

Destaca el caso de Paiján, un espacio que recluta artistas para una residencia en Trujillo –una ciudad de la periferia– antes de comenzar a trabajar con ellos. Del galerismo cordobés están espacios tradicionales como Vía Margutta o Sasha y Mina y Satélite, más recientes, y Ankara, una galería rural y con interés en lo patrimonial.

“Son espacios que se adaptan a la fragilidad por la economía que compartimos con otros países de la región, que siempre se están pensando, reformulando”, completa.

El programa de la feria se completa con un agenda de charlas distendidas en el auditorio del Distrito Capitalinas, a cargo de Tomás Bondone y un panorama de instituciones y actividades para realizar en la ciudad de Córdoba. En la previa, un encuentro a cargo del coleccionista José Luis Lorenzo y otros entusiastas del arte, convocaron a interesados para fomentar el mercado.

“Detrás de esta feria está la necesidad de construir la escena y lo federal desde el lugar de cada uno”, completa la curadora. “Reconocer a las personas que se quedaron en su ciudad, porque esto genera diversidad y necesidad de que se expanda a ciudades más grandes sin que se pueda construir desde lo propio”.



Fuente Clarin.com

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