La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, lo que puede derivar en un cuadro grave de salud. Aunque los vómitos y la diarrea suelen ser las causas más comunes, durante una ola de calor el riesgo se intensifica, por lo que es clave mantenerse hidratado.
Si bien cualquier persona puede sufrir deshidratación, los expertos advierten que bebés, niños pequeños y adultos mayores son los más vulnerables. ¿Cómo prevenirla y qué señales de alerta tener en cuenta? Aquí, las claves para cuidarse este verano.
Deshidratación: consejos para no sufrirla en verano
Una deshidratación es la disminución del agua corporal total que se produce por el desequilibrio entre las pérdidas de líquidos o fluidos y su ingreso. Es decir, cuando el cuerpo pierde más agua de la que recibe. Como se explicaba, los grupos de mayor riesgo son los niños y los adultos mayores, pero todos en una ola de calor pueden estar expuestos al peligro de una deshidratación.
Los síntomas de esta situación del organismo son – en lactantes o nenes chiquitos – boca y lengua secas, llanto sin lágrimas, poca frecuencia al orinar, ojos y mejillas hundidos, irritabilidad y la zona blanda de la parte superior de la cabecita se puede ver hundida.

En adultos, se presenta sed excesiva, orina oscura y poco frecuente, fatiga, mareos y cierta sensación de confusión.
La Cruz Roja argentina da algunas pautas para evitar deshidratarse. Por empezar, algo que suelen decir en general los médicos y es que no hay que esperar a tener sed para tomar agua. Se recomienda tratar de tomar al menos un litro y medio de agua por día, pero si hace mucho calor, incluso más.
La organización también señala que hay que tener a mano una botellita de agua limpia, en la mochila, en la cartera y siempre si se va a hacer deporte. Dicen que es bueno tomar un vaso completo de agua al levantarse, en cada comida del día y al irse a dormir. Y, claro, antes, durante y después de hacer actividad física. La lactancia materna es una buena forma de mantener a los bebés hidratados.
Por último, más allá de tomar agua incluso antes de tener sed, hay que saber que si ésta aparece es una señal o mecanismo del organismo para evitar una deshidratación y que evidencia una leve falta de líquido. Hay que atender esta sed antes que cualquier otra cosa.

¿Cómo uno puede hidratarse? Claramente con agua, pero también funcionan muy bien los tés herbales como el té verde, el cedrón y la menta; los jugos de frutas naturales y las limonadas o, directamente, tomar un licuado de frutas que sumará la fibra de la misma.
Lo que no es bueno ingerir es cualquier tipo de alcohol – la cervecita fría puede ser un momento de disfrute, pero no es algo que funcione muy bien para el organismo en los días de mucho calor -, el café no hidrata particularmente pero puede elevar la presión arterial si ha bajado mucho por las altas temperaturas y las gaseosas definitivamente no ayudan.