La prolongada exposición al sol, ya sea por realizar actividades recreativas o laborales al aire libre, puede dañar la piel. Más en estas épocas en las que el cambio climático provoca que el sol parezca mucho más fuerte y dañino que hace unos años.

El cuerpo humano tiene mecanismos para protegerse de estos efectos perjudiciales que consisten en aumentar la producción de un pigmento marrón, denominado melanina.

Este pigmento es el que crea el clásico tono bronceado del cual presumimos durante el verano, como prueba de que hemos ido a la playa, por ejemplo. Pero, a veces, esta producción resulta despareja.

Si el oscurecimiento de la piel ocurre en la cara se produce una afección conocida como melasma, o máscara del embarazo.

Como explica la Clínica Mayo, de Estados Unidos, “la melanina es el pigmento marrón de la capa superior de la piel que le da color. Protege las capas más profundas contra el daño por exposición al sol. De esta manera, cuanta más melanina tenga la piel, más oscuro será su aspecto y más protección tendrá”.

El melasma ocurre cuando aparecen manchas oscuras en la frente y las mejillas. Según la Clínica Mayo suele afectar a “personas de piel negra, asiáticas e hispanas; a las que usan píldoras anticonceptivas o están en terapia hormonal o a las mujeres durante el segundo o tercer trimestre del embarazo”.

La afección puede desaparecer luego del parto, durante el invierno o cuando se suspende la toma de píldoras anticonceptivas. Sin embargo, también puede durar años. En este caso, es una afección crónica.

Entre los tratamientos contra el melasma figura la luz intensa pulsada (IPL, por sus siglas en inglés) que conlleva el riesgo de aumentar la temperatura de la piel circundante, lo que podría empeorar el cuadro, asegura la dermatóloga Elika Hoss, del mencionado centro de salud estadounidense.

Aclara que “la IPL emplea una luz de amplio espectro que genera calor y se apunta hacia el pigmento para eliminarlo, pero dado que el calor se difunde a todo el tejido circundante, esto puede llevar a complicaciones, incluida una afección conocida como hiperpigmentación postinflamatoria que provoca la aparición de manchas más oscuras”.

Ella recomienda combinar protección solar, medicamentos tópicos y procedimientos estéticos. Agrega que “cuando la pigmentación facial empieza a aparecer, hay que acudir a un dermatólogo para obtener un diagnóstico definitivo, porque el melasma puede ser sutil y lucir como otras afecciones de la piel”.

Otro método es el láser fraccionado no ablativo, que repara la piel y elimina el pigmento mediante columnas de calor, dejando intacta la piel alrededor de esas zonas.

La dermatóloga expresa que “los tratamientos tópicos son, en general, la clave del éxito. Deben usarse antes de cualquier procedimiento con luz o láser y continuarse según las recomendaciones para disminuir el riesgo de recaída”.

La hidroquinona tópica es la sustancia más eficaz porque reduce la producción de pigmento. Puede combinarse con treinoína, corticosteroides, antioxidantes u otros productos tópicos para lograr más eficacia. En algunos casos, también se puede considerar la exfoliación química superficial.

Claro que, siempre, la mejor receta es protegerse del sol, usando sombrero de ala ancha, anteojos y protector solar con FPS 50 o más.



Fuente Clarin.com

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