El comercio mundial no se presenta fácil para la recuperación de la Argentina: en menos de tres meses se tomaron casi 600 medidas de restricción comercial justo cuando el gobierno apunta a una apertura amplia.

Entre otras novedades del contexto, la Reserva Federal de los Estados Unidos tiene previsto ralentizar la baja de la tasa de interés que se perfilaba hacia fin del año pasado y ahora oscila entre 4,25% y 4,50% anual, una mala noticia para los países emergentes.

Con este nivel de tasa, los emergentes, donde la Argentina milita y sin llegar a acceder al mercado internacional de crédito, corren el riesgo de que EE.UU. se lleve porciones crecientes del financiamiento internacional..

Frente a ese escenario de más restricciones comerciales y menos crédito, las fichas del gobierno están jugadas sin un plan B frente al acuerdo con el FMI y a los supuestos US$ 20.000 millones de financiamiento que implicaría.

De esos US$ 20.000 millones, unos USS$ 14.000 millones serían para cumplir con los pagos al organismo y el grueso del resto, según la versión oficial, se destinaría a cancelar letras intransferibles (los famosos “papelitos de colores”) que el Tesoro le colocó al Banco Central para sacarle dólares y que al comenzar la gestión actual representaban unos US$ 67.000 millones.

La concreción del Acuerdo de Facilidades Extendidas que el Presidente Javier Milei estimó para mediados de abril abrirá una nueva etapa en materia financiera y redoblará la expectativa en torno al levantamiento del cepo cambiario que reclama el sector privado.

El núcleo del cepo está en las restricciones que mantienen las empresas para girar utilidades y otros pagos al exterior que se fueron acumulando en los últimos años hasta alcanzar una cifra que gira en los US$ 14.000 millones, un monto imposible para que el Banco Central se lo pueda vender al precio oficial del dólar de hoy.

Los economistas calculan que el giro de utilidades postergado de bancos y empresas ronda los US$ 7.000 millones y hay otros US$ 7.000 millones de obligaciones de las multinacionales que operan en el mercado doméstico con sus casas matrices.

En Economía confían en poder “depurar” y “dosificar” la cancelación de deudas de las firmas locales con sus matrices, pero la cifra resultante seguiría difícil de lograr al precio oficial con un Banco Central con reservas netas negativas.

La danza del acuerdo con el FMI y el avance o no del levantamiento del cepo mantiene la incertidumbre en el mercado en torno al futuro esquema del dólar que ganó espacio a partir de que el ministro de Economía, Luis Caputo, evitó confirmar la continuidad del aumento del 1% mensual del dólar oficial.

A pesar de su opinión de que “la gente se puede quedar tranquila” la posibilidad de que el peso se devalúe más de 1% movió un tablero que venía ordenado al ritmo del “carry trade” para le permitía a los inversores más grandes obtener una tasa de 2,4% con ganancia asegurada en dólares.

Esa ganancia fue jugosa durante meses y mantener anclado al dólar actuó a favor de la baja de la inflación pero en las últimas semanas, ante la indefinición de Caputo y la idea de que el FMI le pediría al gobierno mayor flexibilidad cambiaria, el esquema entró en zona de incertidumbre.

El tradicional concepto banquero “incierto es peor que malo” caracteriza el mercado en estos días y la suba de 1% en los dólares libres del martes amplió a 21% la brecha con el mayorista que es el indicador más sensible que sigue el mercado en estos días junto a la venta de dólares del Banco Central.

El otro, la venta de dólares del Central para atender la mayor demanda sigue con resultado negativo: el martes 25 de marzo vendió otros US$ 109 millones, totalizando US$ 698 millones en el mes.

La danza entre el gobierno y el FMI sobre el futuro del tipo de cambio tiene pocos puntos de coincidencia ante la convicción del gobierno de que tocar el dólar pondrá en riesgo la estrategia antiinflacionaria en el año electoral y el supuesto reclamo del organismo para que el Banco Central aumente el nivel de reservas.

A partir de ese desacuerdo básico surgió la versión de los dos acuerdos, uno con alcance hasta la elección de octubre y otro secreto con cambios en el esquema cambiario. ¿Acotaría la incertidumbre sobre el precio del dólar?

El Presidente Milei y el ministro Caputo tendrán la dificil tarea de recomponer la confianza en el esquema cambiario sea éste cual sea.

En cualquier caso, seguir con el dólar oficial subiendo al 1% mensual o plantear una banda de flotación, aunque acotada y asegurada con más respaldo de divisas, será necesario generar un marco de viabilidad para que el esquema genere confianza.

Esa confianza que se cimentó en materia financiera desde el comienzo de la gestión de Milei en el “carry trade” y se consolidó con el blanqueo de capitales de 2024; ahora necesita un nuevo abastecimiento para seguir dando resultados. Esto es, continuar bajando la inflación y apostar a una recuperación del menguado ingreso disponible de las familias argentinas.



Fuente Clarin.com

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