El minimalismo es un estilo de vida que adoptaron muchas personas y que es bastante popular en la actualidad. Se trata de una filosofía simplista y reduccionista de vivir la vida, con el objetivo de enfocar las energías únicamente en lo esencial. No obstante, también es una buena alternativa para reducir el estrés y aumentar la felicidad.
Algunas de las características que definen a este tipo de personas son: priorizar la calidad sobre la cantidad (en lugar de acumular objetos suelen invertir por artículos de mejor calidad que tengan un mayor tiempo útil de vida), viven únicamente con lo esencial (no adquieren objetos que no sean imprescindibles para su vida cotidiana) y prefieren las experiencias sobre las posesiones (siempre van a priorizar invertir su tiempo y dinero en actividades en lugar de comprar cosas).
Diferentes investigaciones han revelado que adoptar el minimalismo como una forma de vivir puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en el cuerpo.
Un estudio publicado en la revista “Mindfulness” encontró que las personas que adoptan un estilo de vida minimalista experimentan una disminución significativa en los niveles de estrés y ansiedad.
En ese sentido, al reducir la cantidad de objetos materiales ayuda a disminuir la necesidad de tomar decisiones sobre qué usar, qué guardar o qué comprar. Esto permite liberar espacio mental y reducir el estrés por la toma de muchas decisiones.
Al enfocarse en lo esencial y dejar de lado lo material, las personas que practican el minimalismo tienden a experimentar una mayor satisfacción con la vida. Un estudio publicado en el “Journal of Happiness Studies” encontró que el minimalismo está asociado con niveles más altos de felicidad, autoestima y emociones positivas.
A su vez, esto también fomenta la aceptación y el aprecio por lo que se tiene en lugar de estar pendiente por lo que falta o lo que tienen los demás, algo que reduce la presión social y contribuye con el bienestar emocional.