Los espolones son bultos óseos que se forman en los bordes de los huesos. Suelen aparecer en las uniones de los huesos, articulaciones, y, en general, no producen síntomas. Incluso, es probable que pasen desapercibidos durante años.

En el caso del espolón del talón pueden surgir confusiones porque existe una afección, la fascitis plantar, que causa un dolor punzante en esa zona del pie. Por eso, mucha gente cree que, si siente un dolor fuerte en el talón, este se debe a un crecimiento óseo anormal y, en realidad, podría ser la inflamación.

En la mayoría de los casos, como dijimos, tener un pequeño espolón es algo indoloro y hasta desconocido. Sin embargo, existen situaciones en las cuales esta deformación ósea puede causar dolor.

Conocer este mecanismo de defensa natural del pie que trata de lograr mayor y mejor estabilidad resulta fundamental para evitar confundirlo con la fascitis plantar.

Tal como describe la Clínica Mayo, “es posible que no sepas que tienes espolones óseos hasta que aparezcan en una radiografía. Sin embargo, en algunos casos, pueden causar dolor y pérdida de movimiento de las articulaciones”.

Agrega que “los síntomas dependen del lugar en que se encuentren los espolones”. Estos pueden estar en la rodilla, donde producen dolor al extender y flexionar la pierna; la columna vertebral, donde pinzan la médula espinal o sus raíces nerviosas, o la cadera.

El espolón del talón suele aparecer a partir de los 40 años en personas con pie plano o cavo. Varía en tamaño y, aunque a menudo es pequeño, puede causar dolor, sobre todo, si se utiliza calzado ajustado o inapropiado por la rigidez de sus materiales.

Los médicos desconocen las causas exactas del espolón calcáneo. Saben, en cambio, que está asociado con varios factores de riesgo como el sobrepeso, la edad avanzada, estar mucho tiempo parado, usar calzado inadecuado, sufrir colapso del arco plantar o practicar deportes de impacto.

Por eso, los atletas y las personas con actividades que implican un mayor impacto en el talón también tienen un riesgo elevado de desarrollar espolones. Por eso, es importante realizar un estudio de la pisada en deportistas para evitar cualquier posible causa de tener espolón calcáneo.

La clave está en diferenciar el espolón de la fascitis, que como vimos comparten algunos síntomas, como el dolor en ciertas ocasiones.

Para ello hay que tener en cuenta que la fascitis plantar implica inflamación y degeneración de la fascia. También, que para detectar el espolón con seguridad habrá que realizar una resonancia magnética (RM) o una radiografía (RX). De lo contrario, si no produce dolor, pasará inadvertido.

En los casos en que el espolón causa dolor, habrá que realizar una cirugía, que resulta muy poco invasiva ya que se trata de una incisión de solo un milímetro para limar la deformación ósea.

Es un procedimiento ambulatorio por el cual el paciente podrá abandonar la clínica por sus propios medios, el mismo día de la operación. Sin embargo, la recuperación suele llevar bastante tiempo.

Para prevenir el espolón calcáneo hay que reducir la presión sobre los pies manteniendo un peso saludable. También ayuda usar un calzado adecuado, con soporte y plantillas, realizar estiramientos o ejercicios de fortalecimiento del pie y evitar estar parado mucho tiempo, cambiando de posición y haciendo descansar los pies.



Fuente Clarin.com

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