El ajedrez es un juego que va más allá del entretenimiento. Numerosos estudios científicos analizaron cómo el cerebro procesa la información mientras se desarrolla una partida, revelando que esta actividad estimula diversas áreas cerebrales vinculadas con la memoria, el pensamiento estratégico y la resolución de problemas.

La neurociencia permitió entender cómo el cerebro procesa y ejecuta estrategias, algo que se logró gracias a estudios avanzados como la resonancia magnética funcional. Según informó un reciente análisis citado por Chess, las áreas cerebrales que intervienen en la toma de decisiones estratégicas se activan de manera específica, dependiendo de si la estrategia es ofensiva o defensiva.

El ajedrez es un ejercicio mental que involucra varias funciones cognitivas al mismo tiempo. Durante una partida, el cerebro se pone en marcha para identificar patrones, evaluar riesgos y planificar jugadas futuras. De acuerdo con los resultados del estudio citado por Chess, las áreas del cerebro que se activan durante una partida varían según el tipo de movimiento realizado

En dicho estudio, las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética funcional mostraron que, al mover cada pieza, distintas regiones del encéfalo se iluminan, lo que revela patrones de actividad cerebral únicos.

Estos procesos demuestran que el ajedrez no solo exige pensar rápido, sino que también potencia habilidades cerebrales esenciales para la vida diaria.

El nivel de experiencia en el ajedrez influye en la forma en que el cerebro procesa la información. En los jugadores principiantes, la actividad cerebral se concentra en el lóbulo temporal medio, donde se procesan nuevas informaciones y se aprende a reconocer patrones.

En cambio, los jugadores experimentados muestran mayor activación en la corteza parietal y prefrontal, lo que sugiere que recurren a recuerdos consolidados y circuitos neuronales previamente establecidos.

Además, jugar seguido mejora la capacidad de concentración, la velocidad de análisis y la anticipación de jugadas, lo que se traduce en una mayor agilidad mental dentro y fuera del tablero, según menciona la web Chess. También se destacó que la habilidad para tomar decisiones rápidas y efectivas mejora con el tiempo y la práctica.

Los jugadores más experimentados desarrollan una intuición que les permite anticipar movimientos y consecuencias con mayor rapidez, lo que potencia su desempeño en el tablero.



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *