Si alguna vez viajaste en tren en Buenos Aires, sabés que elegir el asiento correcto es casi un arte. No alcanza con sentarse donde haya lugar, porque algunos asientos pueden hacer que el viaje se convierta en una prueba de paciencia. Entre apretujones, frenadas bruscas y puertas que se abren y cierran sin descanso, hay lugares que es mejor esquivar si querés llegar sin dolores de cabeza.
A simple vista, cualquier asiento parece un alivio en un vagón lleno, pero la realidad es que algunos son trampas disfrazadas de comodidad. Al utilizar el tren como medio de transporte, hay detalles que pueden hacer que un viaje rutinario se transforme en una experiencia incómoda e incluso riesgosa.
No todos los asientos en el tren ofrecen la misma comodidad. Hay ubicaciones que pueden ser incómodas, inseguras o poco recomendables según el horario y la cantidad de pasajeros.
Si bien muchas veces la elección del asiento dependerá de la disponibilidad, hay ciertas estrategias que pueden ayudar a conseguir un mejor lugar y evitar incomodidades en tus viajes, sin importar si es por una escapada, por laburo o simplemente un viaje rutinario.