Están viviendo algo aún peor que una película de terror. Solos y atrapados en una remota base antártica, un grupo de científicos se encuentra aterrorizado y pide desesperadamente ser rescatado.
El equipo sudafricano de expertos se encuentra en la base Sanae IV, una estación de investigación del continente blanco y estará aislado en su misión durante al menos 10 meses más.
Por todo esto, dependen de un fuerte vínculo que les permita soportar condiciones climáticas extremas y estar a miles de kilómetros no sólo de sus hogares sino, también de de la civilización.
Pero en un escenario en extremo preocupante, uno de los investigadores envió un mensaje a un periódico de su país para afirmar que están viviendo con miedo.
El desesperado pedido de un equipo de científicos que está en la Antártida
Hace algunos días, uno de los investigadores envió un correo electrónico preocupante – que publicó The Sunday Times, un medio local- en el que afirmaba que otro miembro del grupo lo había atacado y continuaba enviándoles más amenazas.
De acuerdo a lo que publicó The Mirror, el autor afirmó que un hombre los había atacado, que también fue acusado de agresión sexual y que los había amenazado de muerte. “Lamentablemente, su comportamiento ha escalado hasta un punto profundamente inquietante”, indicó en el mensaje.
Y detalló: “Específicamente, agredió físicamente a [X], lo que constituye una grave violación de la seguridad personal y las normas del lugar de trabajo (…). Además, amenazó con matar a [X], creando un ambiente de miedo e intimidación. Sigo profundamente preocupado por mi propia seguridad, preguntándome constantemente si podría convertirme en la próxima víctima”.

La persona que envió el texto, continuó diciendo que el comportamiento del acusado se había vuelto “cada vez más atroz”, y agregó: “Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para garantizar mi seguridad y la seguridad de todos los empleados”.
Es importante destacar que no ha trascendido el nombre del autor ni del acusado y que el primero insistió con el tema de la seguridad: “Tengo serias dificultades para sentirme seguro en su presencia”.
Tras la dura denuncia, el ministro de Medio Ambiente de Sudáfrica, Dion George, planea hablar personalmente con los investigadores. Según se informa, declaró que “hubo un altercado verbal entre el director del grupo y esta persona”, destaca The Mirror.
“Luego, la situación se intensificó y esa persona agredió físicamente al líder. Imagínense cómo es: es un espacio reducido y la gente se encierra. Puede ser muy desorientador”, sumó el funcionario.
El equipo, que vive en duras condiciones y con temperaturas de -23 grados, rara vez, o nunca, abandona la base por su propia seguridad.
En este sentido, el ministro explicó que los investigadores deben someterse a una rigurosa evaluación psicológica para determinar su idoneidad para vivir y enfrentar un entorno mentalmente exigente.
Y aclaró que una investigación inicial encontró que el acusado no tenía “intenciones peligrosas”.
Pero sí destacó que las autoridades sudafricanas ya se habían puesto en contacto con Noruega y Alemania, que tienen las bases más cercanas a Sanae IV, “en caso de que necesitemos hacer una intervención urgente“.
“Todo se intensifica”: los efectos de vivir en la Antártida
El explorador Alan Chambers, que completó una expedición de esquí de más de 1100 kilómetros (700 millas) al Polo Sur, habló del aislamiento extremo que enfrentan quienes trabajan en esas condiciones, publicó The Mirror.

“Desde una perspectiva psicológica, es un lugar muy solitario. Hay muy poca interacción con humanos o animales, así que si estás en un campamento o en un centro de investigación, estás con esa gente durante seis meses, o incluso un año”, declaró a The Times.
“Lo que creo que hace, desde un punto de vista psicológico, es que todo se intensifica. Todo es blanco: no hay color, ni ruido, ni nada que considerarías normal, así que el comportamiento de todos, incluido el tuyo, se magnifica y las pequeñas cosas se convierten en grandes cosas”, dijo en la entrevista.