La corriente circumpolar antártica (CCA), que fluye en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la Antártida y la mantiene congelada, es considerada la más fuerte del planeta. Es cinco veces más potente que la corriente del Golfo y 100 veces superior a la correspondiente al río Amazonas.
Según los científicos, forma parte de la “banda transportadora” oceánica global que conecta los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
A la vez, el sistema regula el clima de la Tierra y bombea agua, calor y nutrientes mediante la absorción de carbono y distribuye calor y nutrientes a todo el planeta, difunde un artículo en The Conversation.
Así fue que investigadores detectaron en un estudio de la Universidad de Melbourne (Australia) que esta corriente oceánica se está desacelerando por el agua fresca y fría proveniente del derretimiento de las plataformas de hielo antártico al diluirse con el agua salada del océano.
Efectos catastróficos para el planeta
En caso de que las emisiones de carbono aumenten en los próximos 25 años, esta corriente podría ralentizarse en un 20%.
Los científicos advirtieron que el debilitamiento su debilitamiento podría conducir a un incremento del nivel del mar y del calentamiento de los océanos, así como afectar a los ecosistemas marinos.
La Corriente Circumpolar Antártica es como un foso alrededor del continente helado, que ayuda a mantener a raya el agua caliente, lo que protege las capas de hielo vulnerables, explica la publicación.

Además, destacaron que esta situación podría favorecer otro punto de conflicto: la entrada de especies invasoras a la Antártida.
Y entre ellas señalan el alga marina gigante del sur, lo que influiría negativamente en la biodiversidad y en las redes alimentarias locales. Además, cualquier animal que se suba a estas balsas, dispersándolas a medida que se desplazan hacia el continente
Diferente a otras corrientes oceánicas como la del Golfo en la costa este de Estados Unidos, la de Kuroshio cerca de Japón y la de Agulhas en la costa de Sudáfrica, la corriente circumpolar antártica no se conoce tan bien. Esto tiene que ver en parte a su ubicación remota que dificulta mediciones directas.
Supercomputadoras para estudiar el hielo de la Antártida
Taimoor Sohail, investigador asociado postdoctoral en la Facultad de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Nueva Gales del Sur y candidato a doctorado en Ciencias de la Tierra en la Universidad Nacional Australiana (ANU), indicó que la desaceleración podría ser similar incluso en un escenario de bajas emisiones de carbono, siempre y cuando el derretimiento del hielo antártico se acelere.
Con la mira puesta de las conclusiones, los científicos recurrieron a una de las supercomputadoras más potentes de Australia.
Con ella lo que hicieron fue modelar cómo el derretimiento de las capas de hielo antártico podría cambiar la CCA.

Pese a que los resultados publicados en la revista Environmental Research Letters evidencian un “escenario sombrío” para la corriente más fuerte del mundo, los investigadores remarcaron que deberían concertados los esfuerzos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para podrían limitar el derretimiento en la Antártida.
Y que además, establecer estudios a largo plazo en el Océano Austral será de vital importancia para monitorear estos cambios con precisión.