Conocida por la abundancia de días soleados, España presenta, en general, temperaturas suaves, pero con diferencias entre las estaciones y las distintas regiones del país. Así, el verano (junio a septiembre) es caluroso y seco, y el invierno (diciembre a marzo) bastante frío.
Las temperaturas más agradables se registran en primavera y otoño. Para muchos, desde finales de marzo hasta fines de junio es la mejor época para viajar a España y disfrutar del aire libre. Claro que “en abril, aguas mil”, reza el dicho para recordar que este mes es bastante lluvioso.
El verano, debido al cambio climático, cada vez resulta más caluroso, con temperaturas que pueden llegar a los 40º C, sobre todo, en Madrid y la región central. En el norte, Galicia, Asturias o Cantabria, el verano es más llevadero.
Con bastante lluvia en el norte, nieve en las sierras y la montaña y bastante frío, el invierno español, con todo, es algo más suave que el del resto de Europa. Sin embargo, existe una región donde las temperaturas suelen ser extremas.
Cuál es el pueblo más frío de España: castillos históricos y temperaturas extremas

El 17 de diciembre de 1963, en el pueblo de Fuentes Claras, en Castilla la Mancha, los termómetros marcaron -30 º C. El récord histórico es recordado por un monolito que destaca a Fuentes Claras como “kilómetro cero del frío” español. Durante la borrasca Filomena, cuando la nieve cubrió Madrid en 2021, el pueblo estuvo a punto de igualar su propio récord: la temperatura bajó a los -25 º C.
A 60 kilómetros de Fuentes Claras, en Molina de Aragón, el 28 de enero de 1952 los termómetros marcaron -28 2 ºC. El pueblo rivaliza con Fuentes Claras y con Calamocha en cuestión de récords de bajas temperaturas. Por ello, esta región es conocida como la Siberia española o el Triángulo del Frío.
Allí, los vecinos están acostumbrados a temperaturas por debajo de los cero grados durante el invierno. Esto se debe, en parte, a que están a bastante altura (Molina de Aragón, a 1.062 m; Fuentes Claras a 909 m y Calamocha a 884 m) y a que su ubicación en una zona algo deprimida de la rama castellana del Sistema Ibérico hace que queden expuestos a los rigores de los temporales de frío polar y nieve.
Estas características hacen que Molina de Aragón, cuya media mínima anual es de 3 º C, solo sea superada como lugar más frío del país por el Puerto de Navacerrada, Madrid, donde hay un observatorio meteorológico construido a casi 2.000 m de altura. Otros lugares de España, donde las temperaturas han bajado hasta los -32 º C no son zonas urbanas, como Estany Gento, en los Pirineos.

Molina de Aragón también se destaca por su castillo, el segundo más grande toda España y uno de los diez más grandes de Europa. La fortaleza, construida sobre un cerro, domina el casco urbano y ha sido testigo de numerosos episodios históricos. Su construcción se remonta a la época medieval (siglo XII), cuando fue utilizado como un bastión para proteger el territorio de las invasiones.
En el castillo debe distinguirse la fortaleza rodeada de una muralla y la llamada Torre de Aragón. La fortaleza fue construida por Manrique de Lara, primer señor de Molina. La Torre de Aragón fue construida sobre el castillo árabe, y éste sobre un castro celtíbero anterior.
Señorío de la familia Lara durante la Edad Media, Molina de Aragón conserva la antigua iglesia de San Miguel, varios palacios (Molina, Garcés de Marcilla, Montesoro, Marqueses de Villel), edificios señoriales (siglos XVI, XVII y XVIII) y casonas de familias ilustres que reflejan el poder y la influencia que tuvo la ciudad.