Nunca se había visto en vivo y en directo una patoteada semejante en ese escenario: el encuentro entre el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y su par estadounidense, Donald Trump, acompañado por su vice, J.D. Vance, terminó siendo histórico, pero por las razones equivocadas.
No hubo amables declaraciones diplomáticas ni se llegó a ningún acuerdo de paz. Sólo se vio al hombre más poderoso del mundo destratar, humillar y agredir, con la entusiasta colaboración de su segundo, al líder de un país en guerra desde hace tres años, que lamenta decenas de miles de compatriotas muertos y un quinto de su territorio ocupado por soldados invasores.
Lo que debía ser un saludo casi protocolar para las cámaras en el Salón Oval de la Casa Blanca se transformó no sólo en otra demostración del grosero estilo de Trump, que no deja de asombrar, sino que prendió las alarmas en todo Occidente.
Video
La tensa charla diplomática entre Zelenski y Trump
El episodio, como lo advirtió allí mismo el propio Trump, resultó además gran material para la televisión, que no se cansó de repetir las imágenes.
Sin embargo, la mirada más aguda o interesante no provino del periodismo, sino de los guionistas de Saturday Night Live.
Se trata de uno de los programas más legendarios de la historia de la televisión. Lo emite NBC desde hace 50 años y de allí salieron figuras como Chevy Chase, Eddie Murphy, Jimmy Fallon, Chris Rock, Will Ferrel, Tina Fey, Adam Sandler y Kristen Wiig. En cada show, la sátira de la actualidad ocupa un lugar predominante.
Y este sábado armaron un sketch en el que el actor Mikey Day representó a Zelenski y James Austin Johnson repitió su ya clásica imitación de Trump, presentándose como “Presidente y CEO de Gaza Hotel and Casino” y diciendo que le daba la bienvenida a Zelenski a “esta increíble trampa; va a ser una trampa grande y hermosa, y vamos a atacarlo muy pronto sin ninguna razón”.
En medio de la escena, y he aquí la vuelta original y la “conexión argentina”, apareció un personaje que no participó del encuentro sucedido en la vida real. Era Mike Myers, exmiembro del programa, estrella de películas como Austin Powers y la voz de Shrek, caracterizado como Elon Musk. Haciendo bromas sobre que el Salón Oval era en realidad su oficina. Y blandiendo una motosierra.
Una referencia directa a la motosierra que Javier Milei le regalara al multimega millonario sudafricano quien, como implican los escritores de SNL, ha devenido en el consejero más importante de Trump. Influyente como nadie. Sin filtro.
Dueño de una ideología ultra que ese mismo sábado por la noche dio otro salto hacia la dimensión desconocida cuando, en respuesta a un usuario que había posteado “es hora de abandonar la OTAN y la ONU”, escribió en X, la red social de su propiedad, “estoy de acuerdo”.
De nuevo: el asesor más importante del presidente estadounidense, cercano también a Milei, que lo admira, dice que Estados Unidos debería abandonar la OTAN y las Naciones Unidas. Y Trump no dice nada.
¿Es todo un show? ¿Es lo que piensan de verdad? ¿Personajes tan importantes y poderosos dicen eso y hacen eso en serio? ¿Es de viejo meado asustarse por esto?
Lo único cierto es que las respuestas escasean.
Es obvio que son otros tiempos. Pululan nuevos valores y costumbres. Estilos y formas que hacía mucho no se veían. Los extremos están de moda. Otra vez.
Prohibido distraerse, aunque sea Carnaval.