En Argentina las leyes de la Nación son dictadas por los representantes del pueblo. Esto es, el soberano le da a un grupo de personas mandato para que realicen el bienestar de la integridad de los mandantes sin excepciones ni preferencias de ningún tipo, y ello implica que al tiempo de deliberar y votar en cada supuesto el interés partidario debe ser postergado si se contrapone al del pueblo en su conjunto.

Así el Art. 1º de la Constitución prescribe: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según la establece la presente Constitución”. A su vez, el artículo 22 de la misma norma dispone que: “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición”.

Los textos citados destacan con claridad que los legisladores, que en cada Cámara deliberan y votan las leyes, deben satisfacer los intereses y necesidades de la sociedad, más allá de las pretensiones del partido político que integran, que ha sido sólo un medio para acceder al gobierno de la Nación. Lo expuesto precedentemente son actitudes, prescripciones, maneras que lamentablemente han pasado al olvido, así los insultos entre los representantes del pueblo han reemplazado a la discusión y la atenta consideración de los distintos temas han dejado de ser una sabia deliberación para transformarse en un caos inconcebible, comportamientos que vulneran abiertamente la Carta Magna y su pretensión de que la legislatura sea el ámbito donde se consagre el bienestar general.

Héctor Manchini / EX JUEZ DE LA CÁMARA EN TODOS LOS FUEROS DE ZAPALA / hectormanchini@gmail.com

Ante los hechos de gravedad como ser, el ataque a TN, al diputado Espert, y desconocer fallos judiciales de la Corte Suprema, sentir que la ley es para los otros, no para ellos, nos indica que el kirchnerismo se encamina a la clandestinidad, para pasar a golpear al país y al Gobierno.

Los argentinos tenemos memoria del daño que hicieron grupos violentos en la clandestinidad en los años 60/70, esperemos que no repitan la historia.

Las elecciones de setiembre y octubre son la llave al futuro, o volver al pasado negro.

Darío Díaz / dariodiazalb@gmail.com

Yo pensaba que lo peor que iba a ver en la tele abierta eran productos mediocres como “Gran Hermano”, donde un grupo de personas sin ningún talento ni atractivo en especial se maltratan, se traicionan, se manipulan, se atan para obtener cigarrillos, se burlan y denigran entre sí, y muestran lo peor del ser humano.

O que nada igualaría el lamentable “Wanda-Gate”, con esas pobres criaturas como rehenes de adultos desquiciados.

Lo que sucedió en la “Des-Honorable” Cámara de Diputados el miércoles 2 de julio supera cualquier chatarra televisiva o mediática.

Un muestrario de groserías, mala educación, vulgaridad, falta de respeto e irresponsabilidad inconcebibles de parte de nuestros patéticos “representantes”, que cobran abultadísimos sueldos mientras protagonizan escándalos y papelones inconmensurables e imperdonables.

¡Vergüenza dan! No nos merecemos esa calaña de gente.

Irene Bianchi / irenebeatrizbianchi@hotmail.com

Soy un médico que realizó la residencia de obstetricia y ginecología en el Hospital de Clínicas y la Maternidad Pedro A. Pardo desde 1969 a 1972 y percibía en ese momento la suma de $ 27.000, y nunca lo consideré un sueldo, sino una beca y un premio, ya que no era fácil ingresar y había que cumplir una serie de requisitos.

No entiendo los paros de residentes, y estoy de acuerdo en que los honorarios sean becas y no sueldos, ya que la residencia médica completa la formación profesional y no es un trabajo.

Saúl Kon / DOCTOR, M.N. 34.861 litok@fibertel.com.ar



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *