Muchas veces, al hablar de higiene en el hogar, se pasa por alto un elemento fundamental: el colchón. Este lugar donde pasamos varias horas al día acumula ácaros, polvo y bacterias que pueden afectar la salud. Para evitar alergias, problemas respiratorios o irritaciones en la piel, es clave realizar una limpieza de colchón de manera regular y con los métodos adecuados.

Mantenerlo en buenas condiciones no solo mejora la calidad del descanso, sino que también ayuda a prevenir enfermedades. Pero, ¿cada cuánto se recomienda limpiarlo y cuál es la mejor manera de hacerlo? A continuación, todo lo que necesitás saber para cuidar tu hogar y salud.

Los especialistas en salud y bienestar recomiendan higienizar el colchón con frecuencia para evitar la acumulación de suciedad y microorganismos que pueden afectar el descanso. La limpieza superficial debería hacerse semanalmente, mientras que la limpieza profunda es recomendable cada tres a seis meses. Además, cada dos años es importante evaluar si el colchón sigue en buen estado o si necesita ser reemplazado.

Frecuencia ideal de limpieza:

Para mantener el colchón en óptimas condiciones, es importante elegir métodos de limpieza que eliminen bacterias y malos olores sin comprometer los materiales. Algunas opciones recomendadas incluyen el uso de productos naturales y técnicas sencillas que pueden aplicarse en casa.

Uno de los métodos más efectivos es pasar la aspiradora en toda la superficie para eliminar polvo y ácaros. También se puede espolvorear bicarbonato de sodio, dejarlo actuar durante 30 minutos y luego retirarlo con la aspiradora. Esto ayuda a absorber la humedad y neutralizar olores.

Otra alternativa es rociar alcohol fino en la superficie para desinfectar sin mojar el colchón. También se puede mezclar vinagre blanco y agua en partes iguales, aplicar con un paño limpio y dejar secar al aire libre. Además, exponer el colchón al sol de manera periódica previene la proliferación de hongos y bacterias.

Además de la limpieza regular, hay ciertos hábitos que pueden ayudar a mantener el colchón en buen estado y prolongar su durabilidad. Usar un cubrecolchón impermeable es una de las mejores maneras de protegerlo de manchas y acumulación de suciedad. También es recomendable girarlo y rotarlo para evitar deformaciones.

Otro punto importante es evitar la humedad en la habitación, ya que puede favorecer la formación de moho. Mantener la habitación bien ventilada y controlar la temperatura es clave para evitar estos problemas. Finalmente, no comer en la cama es una práctica fundamental para evitar restos de comida y manchas difíciles de limpiar.



Fuente Clarin.com

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