Bioceres y Don Mario son dos protagonistas de primera línea de la agroindustria de avanzada, sustentada en que son respectivamente la principal “Start-up” agrícola del Nasdaq en Wall Street, y la mayor transnacional de producción de semillas, que ya lidera el mercado de Brasil y ha penetrado en EE.UU.

Ahora ambas compañías han comenzado un proceso de mediano plazo de combinación de sus respectivas actividades, lo que aumenta significativamente su participación en el mercado mundial para disputar el primer lugar en la producción de semillas de alta tecnología; y allí lo hacen sólo con 3 firmas que son Bayer de Alemania, Corteva de EE.UU, y Syngenta de China.

Lo que vincula a Bioceres y Don Mario con los otros 3 grandes protagonistas del mercado mundial es la disputa por el primer lugar en el mundo de esta actividad crucial.

La ley de la competencia en el capitalismo avanzado es más importante que el derecho de propiedad; y esto sucede cuando el sistema se ha unificado plenamente por la revolución de la técnica; y conviene señalar que tanto Bioceres como Don Mario, y mucho más ellos sumados, cuentan con todos los recursos necesarios para esta disputa fundamental, tanto en términos de capitales, como técnicos y ejecutivos.

Lo real es lo actual y lo posible, y esto último es el aspecto central y más decisivo de lo actual.

“El futuro es lo esencial del presente”, sostuvo Peter Drucker, el gran maestro del liderazgo estratégico empresarial; y Bioceres ya ha creado semillas de trigo y de soja con resistencia a la sequía a través de un descubrimiento realizado por Raquel Chan, de la Universidad de Rosario y del CONICET, que es una candidata potencial al premio Nobel de biología, en tanto que Don Mario se ha convertido en una compañía hegemónica en la producción de semillas de soja transgénica en Brasil, que a su vez ha devenido el mayor productor de agroalimentos en el mundo, y cabeza de la producción global de soja, por encima de EE.UU.

Bioceres y Don Mario, en breve síntesis, disponen de razones fundadas para aspirar a ocupar el primer lugar en el mundo en la producción de semillas de avanzada.

Es una carrera en que no se trata del qué, sino del cómo; y en este aspecto crucial que es el de los recursos humanos y naturales ambas firmas 100% argentinas disponen de lo que hay que tener, ante todo liderazgo científico, tecnológico, y estratégico.

Admirar lo que están haciendo Bioceres y Don Mario no es otra cosa que un ejercicio primario de lucidez.

En el mundo de la alta tecnología agraria las ganancias incrementales son cada vez más reducidas, pero la apuesta a la conquista de nuevos mercados, tanto existentes como a crearse, tiene un saldo remunerado cada vez más excepcional; y esto sólo puede suceder a través de saltos de productividad y gigantescas innovaciones, centradas en la creación de nuevos productos diferenciales.

Por eso es que el aspecto crucial de la inversión en esta época es la que se realiza en al auge constante de los gastos en investigación y desarrollo (R&D); y las dos compañías dedican más de 20% de sus ingresos a las tareas de innovación e investigación.

La Bolsa de Comercio de Rosario señala que la competencia en el mercado mundial de semillas se ha exacerbado y por eso se multiplican las fusiones y adquisiciones (M&A).

Es el caso de la empresa estatal china ChemChina que compró en febrero de 2016 en U$S 43.000 millones a la compañía suiza Syngenta, la mayor poseedora de marcas y patentes del sistema global.

Esto fue superado sólo por la compra en U$S 66.000 millones de la compañía Monsanto de EE.UU por la firma alemana Bayer, centrada en el desarrollo de las semillas genéticamente modificadas (GM), sobre todo en la variedad crucial de la soja transgénica con tolerancia al glifosato.

Este es el mundo fantásticamente competitivo e innovador al que se han integrado Bioceres y Don Mario para ser el número 1, lo que coloca nuevamente al agro argentino en uno de los primeros y más avanzados escalones de la agricultura mundial.



Fuente Clarin.com

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