Kim Basinger quedará asociada para siempre con el striptease en la película Nueve semanas y media al ritmo de la canción “You can leave your hat on” de Joe Cocker.
El film, que se estrenó en 1986 y protagonizó junto a Mickey Rourke, la llevó a subir en un minuto mil escalones en la fama y convertirse en un ícono sexual.
Además, el papel le permitió convertirse en una de las actrices más cotizadas del momento. En ese aluvión, llegó en 1989 su millonaria participación en Batman, junto a Michael Keaton, Jack Nicholson y dirigida por Tim Burton.
Sus características físicas cumplían con todos los cánones estéticos de la despiadada y masificada década de los 90: rasgos muy armoniosos, ojos rasgados, pelo ondulado y curvas pronunciadas.
Todo hacía parecer que el tendría mucha carrera por delante.
Sin embargo, unos años después de estos exitazos, todo cambió en su vida. En 1993, fue convocada por la directora Jennifer Lynch para una historia muy bizarra.

La trama giraba alrededor de un particular cirujano que mantenía a una mujer sin brazos ni piernas presa en una caja.
Kim avanzó con las entrevistas para hacer el personaje principal. Aunque planteó algunas objeciones y cambios. Sin embargo, sintió que no se vieron plasmados.
Entonces tomó la decisión de dar un paso al costado muy pocas semanas antes de comenzar las grabaciones. Esto generó una disputa legal con la productora Main Line Pictures, a cargo de la película.
Basinger aseguró que nunca había firmado contrato, pero igualmente perdió la demanda justicia y debió pagar una indemnización de casi 9 millones de dólares.
Dos meses después, Basinger aseguró que no contaba con el dinero para afrontar ese pago y se declaró en bancarrota.
Unos años antes había hecho una mala inversión al comprar una gran extensión de terreno con la idea de construir un parque de diversiones temático sobre Hollywood. El proyecto, demasiado ambicioso, quedó en la nada y llevó parte de su fortuna.
Cómo está Kim Basinger hoy
A partir de ese momento, Basinger se retiró del show off de Hollywood y comenzó una vida mucho más tranquila y reservada.

Como cuenta una nota del sitio La Vanguardia, sus problemas de salud mental, como la agorafobia y los ataques de ansiedad, influyeron en su decisión.
La última información disponible, tal como dice la nota de La Vanguardia, es que convive con el peluquero Mitch Stone.
También se preocupa por su única hija, Ireland –nacida de su matrimonio con Alec Baldwin–, y por su nieta, Holland.
Los pocos registros de sus apariciones públicas son de hace unos años y la muestran con un look muy neutro, con pelo corto y poco maquillaje. Muy lejos de la imagen del arquetipo de femme fatale.
Otro de sus puntos de interés es la defensa de los animales, faceta que acapara por completo su actividad. En su Instagram se define como una “actriz que espera que algún día toda la humanidad trate a los animales con el respeto que merecen” y dedica casi todos los posteos a esta actividad. Además, alterna con sus fotos y videos más emblemáticos.