La hermosa niña Gertie -el papel que llevó Drew Barrymore en el clásico de los clásicos ET- llora con la partida de su amigo extraterrestre y par inseparable de su hermano Elliot.

La escena quedó grabada para siempre en la historia del cine; y Barrymore escaló intempestivamente en su nivel de fama.

Cuando se estrenó la película, en 1982, ella tenía nada más que siete años y cautivó con el peinado de colitas y su mirada única.

Sin embargo, no pudo disfrutar de las oportunidades de la fama ni de la enormidad de dinero a su favor. Dos años después ya había probado la marihuana y el alcohol. A los doce bebía habitualmente cerveza y champán, consumía cocaína y salía a los lugares nocturnos que frecuentaban famosos de la talla de Madonna.

“Mi madre no me dejaba consumir azúcar. Pero la marihuana y el alcohol estaban bien”, dijo en una entrevista hace pocos años, tal como recopiló una nota del sitio Vanitatis.

En ese espiral de desprotección, a los trece su progenitora decidió internarla en un centro de salud mental.

“Tenía problemas y demasiados recursos. Iba a clubes nocturnos, faltaba a la escuela, robaba el auto de mi madre… Estaba fuera de control”, contó en The Drew Barrymore Show, su programa de entrevistas con historias de interés humano y segmentos sobre estilos de vida. También dijo en varias notas que tuvo intentos de suicidio.

“Yo era una niña rebelde, pero de verdad; y de repente nadie sabía qué hacer conmigo. Me trajeron al centro de rehabilitación en el medio de la noche. Cuando atravesás la puerta, no volvés a salir. Estuve ahí por un año y medio”, contó hace dos años en su programa durante una visita al lugar donde estuvo internada tanto tiempo.

“Creo que es importante para mí compartir con las personas todo esto. Porque en el show me ven divina, pero nunca perderé de vista esta parte de mi historia. He visto y he atravesado cosas y todo eso me ayudó a reconocer que todas las personas han pasado por algo fuerte en sus vidas”, dijo en su programa.

Pasó mucho tiempo desde ese momento y el presente de Barrymore se nota muy lejano a ese estilo de vida.

Según algunas de sus declaraciones, sus experiencias más oscuras la llevaron a convertirse en la mujer que es hoy.

Drew tiene dos hijas, Olive y Frankie, fruto de su matrimonio con Will Kopelman, de quien se separó hace unos años.

Además, desde 2020 es anfitriona de su propio ciclo de televisión. También incursionó como fotógrafa de moda y lanzó su propia línea de cosméticos y vinos.

En febrero, para su cumpleaños número 50, publicó en su cuenta de Instagram un poema motivacional de la joven influencer Josie Balkan con una seguidilla de fotografías que muestran su transformación en diferentes etapas de la vida.

Días más tarde escribió al pie de una foto: “La querida pequeña Drew no creería que todo salió más que bien”. Y ese es un motivo de felicidad más que valioso.



Fuente Clarin.com

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