La goleada de Brasil por 3 a 0 sobre Chile en el primer turno del domingo en el estadio olímpico José Antonio Anzoátegui fue para la Argentina de Diego Placente como salir ya perdiendo a su partido contra Paraguay en el cierre del Sudamericano de Venezuela. Los chicos albicelestes, que habían conseguido el objetivo de clasificar al Mundial Sub 20 que se disputará en Chile este mismo año con dos fechas de anticipación, estaban obligados a ganar por una diferencia de cuatro goles para campeonar y por eso parecieron salir ya resignados. El conjunto guaraní se aprovechó y le ganó por 3 a 2.
Así, la Selección Sub 20 terminó su participación en este certamen en el segundo lugar, detrás de Brasil que se coronó mirando desde la tribuna después de haber hecho lo que tenía que hacer previamente.
Por un inicio desconcertante, pudo haber sido peor el resultado para la Selección juvenil que, más allá de este puntito negro, tuvo un torneo más que positivo por el hecho de conseguir la meta, pero también por haber encontrado un juego convincente teniendo en cuenta la rotación obligada del entrenador por la cercanía entre los encuentros y el poco tiempo de descanso.
El arquero Jeremías Martínet fue la resistencia en el arco celeste y blanco que, además, tuvo como aliados a los palos. Paraguay ya de entrada demostró decisión de apretar y jugar de modo directo. La Argentina lució distraída y lo pagó. Se había salvado por un tiro en el palo de Diego León y una mala definición de Tiago Caballero en el rebote. Martinet empezó a poner sus manos para evitar goles.

No pudo con la volea de zurda de Luca Kmet, que le rompió el arco justo en el momento en el que de la mano de Claudio Echeverri (recuperado de un esguince leve de tobillo izquierdo) la albiceleste pretendía hacer pie. Un cabezazo de Santiago Hidalgo fue la única de real peligro que generó en un primer tiempo en el que mereció perder por más de un tanto.
Los ataques del cuadro guaraní dolían por todos los sectores. El travesaño volvió a salvar a los de Placente y Martinet se hizo cada vez más importante ante la pasividad defensiva argentina. Placente movió el banco en el entretiempo buscando una reacción: adentro Franco Mastantuono, Santino Andino y Juan Villalba por Juan Giménez, Valentino Acuña e Hidalgo. Pero Paraguay no le dio tiempo ni a acomodarse y al minuto del complemento Caballero le ganó la posición a Villalba y clavó un tiro potente y cruzado imposible para Martinet.
Recién ahí, con esa segunda bofetada, los pibes de Placente se vieron tocados en su orgullo y despertaron de la mano de Maher Carrizo. El chico de Vélez metió un doblete para ponerle un poco de condimento picante a una noche que se estaba resolviendo demasiado temprano. Y los brasileños, que celebraban desde las butacas, por las dudas se sentaron nuevamente. De todas formas, la Argentina debía hacer cuatro goles más para llevarse el título de Venezuela.
Desde allí, la Sub 20 argentina se desató y volvió a ser la de todo el certamen, con toques y gambetas y llegadas punzantes al arco rival. Victor Rojas, el arquero paraguayo, se lució con un par de intervenciones que sostuvieron el resultado. Y en un descuido, Paraguay pegó de nuevo gracias a León, que rugió para poner a su equipo otra vez arriba en el marcador.
Ese fue otro puñal al corazón argentino porque significó perder, además, el invicto en el torneo (cinco ganados, tres empatados y uno perdido). La Selección cayó más que nada por el desconcierto de la primera parte. Luego creció y mereció culminar con un empate.
Derrota al margen, la Sub 20 de Placente tiene con qué ilusionarse de cara a la cita mundialista.