Atrás quedó el Mundial de Clubes y el calor de Miami. Ahora, Miguel Ángel Russo trabaja bajo la ola polar de Ezeiza. No piensa en ningún rival europeo. La mente está ocupada evaluando el equipo que debutará en el Torneo Clausura ante Argentinos Juniors, la semana que viene en La Paternal. Y en ese sentido, hay un sector de la cancha y un jugador que lo tiene inquieto. Del mediocampo y Ander Herrera se trata.
Mientras espera por Leandro Paredes y está relegado Milton Delgado por una cuestión contractual, cuenta con Rodrigo Battaglia, pero el entrenador tenía como punto de partida al español en el círculo central. Lo dejó claro en el arranque de la aventura internacional contra Benfica. Sin embargo, no llegó a la mitad del primer tiempo y tuvo que ser reemplazado por Tomás Belmonte. Como si fuera poco, ya en el banco de suplentes, lo expulsaron por protestar. Le aplicaron cuatro fechas que deberá purgar en la próxima competencia fronteras afuera. Habrá que esperar, en el mejor de los casos, hasta 2026.
Herrera se transformó en un jugador de casi 50 minutos. Sí, ese el promedio derivado de los 9 partidos que jugó en los que completó 442 minutos. Fue reemplazado siempre o entró en el segundo tiempo. Y se perdió encuentros trascendentales: la ida contra Alianza Lima por la fase 2 de la Libertadores, el Superclásico y los cuartos de final ante Independiente en el Torneo Apertura, que terminaron con otra eliminación de los xeneizes.
El español llegó a la Argentina con una gran carrera en Europa. Se destacó en Manchester United, Atlhetic de Bilbao, Zaragoza y PSG. En Boca nunca pudo sostenerse por sus problemas físicos. Se desgarró el isquiotibial derecho, justamente, ante Argentinos Juniors en lo que fue su bautismo en la Bombonera (ya había jugado con Argentino de Maíz en la Copa Argentina). Volvió un mes después y cuatro partidos más tarde, tuvo otro problema muscular. Fue tras un encuentro contra Central Córdoba en Santiago del Estero en el que fue la gran figura.
Estuvo 21 días inactivo, regresó contra Newell’s en Rosario y a los 10 minutos tuvo que salir por un nuevo desgarro, esta vez en el recto derecho. Fue el 30 de marzo. Recién volvió a jugar el 19 de mayo ante el Rojo. Es decir que Herrera disputó las porciones de tres partidos en los últimos tres meses. Su prestación, claramente, fue muy deficitaria producto de sus constantes inconvenientes físicos.
En este contexto, Russo está analizando los periodos de recuperación del europeo. El 13 de julio, día en el que Boca jugará ante Argentinos, habrá pasado casi un mes del último partido de Herrera, que se resintió del desgarro en el recto. Difícilmente esté en Juan Agustín García y Boyacá. ¿Llegará para la segunda fecha con Unión?
¿Qué opciones tiene Russo? Belmonte se probó en Estados Unidos. William Alarcón es otra posibilidad. Delgado corre de atrás. A pesar de ser uno de los puntales del breve ciclo de Gago, no hay acuerdo por la renovación. Ignacio Miramón, otro “5”, es negociable.
Hay otros futbolistas que el técnico espera recuperar más pronto que tarde para el ámbito local: Ayrton Costa, Mateo Mendía (no viajó con la delegación), Exequiel Zeballos y, sobre todo, Cavani, que atraviesa la misma situación que Herrera, con más lesiones que partidos en el último tiempo.
Eso sí, más allá de estas preocupaciones, Russo ordenó un doble turno para intensificar los trabajos y afirmar la idea. Las formas y las maneras, como dice el veterano estratega, serán clave para encontrar un Boca competitivo y ganador en el segundo semestre de 2025.