Sucedió hace justo cuatro años, durante el acto por el Día de la Memoria de 2021.
“Esto no es ideología. Néstor y yo, de vacaciones a Moscú o a Beijing no nos fuimos nunca. ¿Saben dónde íbamos? A Nueva York y a Orlando. Sí, a Disney. Néstor disfrutaba DisneyWorld como un chico…”.
Cristina Kirchner tenía una camisa blanca con figuras rojinegras. Máximo Kirchner, con barbijo, la miraba con atención y nostalgia.
Si Néstor disfrutaba como un chico, los verdaderos chicos en aquellos viajes familiares a Estados Unidos eran él y Florencia.
En julio de 2016, cinco años antes de aquellas remembranzas, la justicia había hallado casi 5 millones de dólares cash en una caja de seguridad a nombre, justamente, de Florencia Kirchner.
El allanamiento se había dado en el marco de la causa Hotesur-Los Sauces, un expediente con idas y vueltas que la Corte terminó de definir hace tres meses despejando el camino hacia el juicio oral, rechazando todos los planteos de Cristina para tratar de evitarlo.
Casación, sin embargo, había sacado del banquillo a Florencia, por entender que ella no tenía poder de decisión en la estructura empresaria familiar.
Fue una decisión para interpretar: si Florencia no tomaba decisiones, ¿los dólares de su caja y sus cuentas eran suyos?
Y si eran de la herencia familiar, ¿por qué la herencia era tan cuantiosa?
Cristina hablaba de Disney mientras estaba procesada también en la causa Vialidad, donde sería condenada en diciembre de 2022 a 6 años de prisión. Ahora Casación acaba de rechazar su apelación y sólo le queda ir a la Corte, en queja.
Ya había sido allanado, también, el camino para el juicio por el Pacto con Irán. Y el de los cuadernos de las coimas, que incluso tiene fecha: comenzará el 6 de noviembre próximo.
Es en esa suma de fallos contra Cristina Kirchner -una condena por corrupción y otros tres procesamientos firmes en megacausas que atravesaron todas las instancias legales y van camino a juicio- donde el gobierno de Donald Trump apalanca la decisión de prohibirle a Cristina y su familia -también a la de Julio De Vido- entrar a los Estados Unidos.
La persistente fascinación familiar por aquellas tierras puede leerse también en las propiedades adquiridas por Daniel Muñoz, el secretario de los Kirchner a quien la justicia le comprobó un patrimonio de al menos 70 millones de dólares.
En el caso de los cuadernos de las coimas, el chofer Oscar Centeno contó cómo se recogían los bolsos con dinero que algunas veces llevaba el propio Daniel Muñoz al departamento de Recoleta donde vive Cristina.
Además de 113 propiedades en la Argentina, a Muñoz se le detectaron 16 propiedades en Miami y dos departamentos en el Plaza Hotel de Nueva York, adquiridos en 14 millones de dólares.
A Cristina le dolió la decisión del gobierno de los Estados Unidos.
Salió con un tuit contra Milei y el propio Trump buscando, otra vez, el argumento de la persecución de las derechas del mundo contra lo que ella representaría, que sería… ¿qué cosa, exactamente?
“No pudiste contenerte y saliste a postear enseguida”, le escribió a Milei, sin poder contenerse ella tampoco.
“Con Néstor no íbamos a La Habana ni a Moscú. Íbamos a Nueva York, Miami y Disney, como los argentinos normales, de clase media…”, repitió el año pasado.
En el adiós a Disney -tierra mítica de sueños e inversiones en el universo Kirchner-, la explicación por la verdadera dimensión de la fortuna familiar y el enriquecimiento brutal e inverosímil de varios de sus colaboradores más cercanos sigue pendiente.