La apertura de “una ventanilla de escucha para hombres maltratados” en el distrito VI de Roma, que cuenta con asistencia legal y apoyo psicológico y que ha sido impulsada por el partido de la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha recibido numerosos críticas y desatado la polémica.
La iniciativa de Nicola Franco, responsable del distrito localizado en la periferia este de la capital y el único liderado por Hermanos de Italia, la formación de Meloni, prevé la implementación de una sala abierta un día a la semana para ofrecer ayuda a hombres que sufren violencia psicológica, explican los medios locales.
El objetivo es “alentar a los hombres a denunciar y proporcionar herramientas para afrontar traumas que a menudo se silencian por vergüenza o miedo al juicio social”, según se indica en una resolución aprobada recientemente entre las críticas de la oposición, que ha instado a su revocación inmediata.
La controversia ha surgido por su referencia explícita al concepto de “alienación parental”, una noción jurídica y psicológica fuertemente cuestionada por la comunidad científica y por asociaciones que trabajan en la lucha contra la violencia de género.
La presidenta de la Asamblea de la capital, Svetlana Celli, del Partido Demócrata (PD), ya ha pedido la anulación de una “iniciativa absurda” que “corre el riesgo de legitimar narrativas que culpabilizan a las víctimas y debilitan las protecciones para las mujeres que denuncian”.
Mientras que Monica Lucarelli, concejal de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Roma, calificó la resolución como “un acto político e ideológico de extrema gravedad” que viola el documento sobre la lucha contra la violencia machista presentado por el Gobierno de Meloni en noviembre de 2024.
Lucarelli recordó que ese documento descarta expresamente la alienación parental como un concepto válido, señalando que ha sido utilizado para desacreditar a mujeres que denuncian violencia y justificar la retirada de custodia de sus hijos y pidió a Meloni que intervenga “con claridad” sobre el asunto.
También algunas asociaciones feministas han criticado la medida, como “Differenza Donna”, que expresó “consternación y firme condena” por un “intento institucional de invertir la realidad”.
Franco, por su parte, rechazó las acusaciones, calificándolas de “locura ideológica” y afirmando que el fenómeno del maltrato masculino está “subestimado y subdimensionado”.
“La ventanilla es un servicio a la persona que no excluye el trabajo que hay que hacer para proteger a las mujeres y contra la violencia de género. Somos una institución y debemos ocuparnos de las personas. Ante todo”, dijo.