Los gatos son una de las mascotas más populares en el mundo. Son animales complejos con una mezcla de instintos y experiencias que moldean sus miedos. Pero para mimarlos y no fastidiarlos, vale la pena saber a qué le temen.
Su agudo sentido del oído los hace especialmente sensibles a sonidos como tormentas, fuegos artificiales, aspiradoras o incluso el ruido de una bolsa de plástico.
Los gatos son criaturas de rutina, por lo que cambios en su territorio, como muebles nuevos o la llegada de un extraño, pueden generarles ansiedad.
Pueden temer a perros, especialmente si no están acostumbrados a ellos, o a otros gatos si se sienten amenazados territorialmente.
Algunos gatos son tímidos y desconfían de las personas que no conocen, especialmente si se acercan de forma brusca.
Aunque no todos los gatos odian el agua, muchos sienten aversión por ella. Esto puede deberse a su pelaje, que tarda en secarse, o a experiencias negativas previas.
Algunos gatos pueden asustarse con objetos inusuales, como globos o pepinos, debido a su forma o a la forma en que se mueven.
Sentirse atrapados o sin escapatoria puede generarles pánico.
Es importante recordar que cada gato es único y sus miedos pueden variar. Observar su lenguaje corporal y respetar sus límites es fundamental para crear un ambiente seguro y tranquilo para ellos.