Ingresos Brutos se convirtió en el símbolo del hartazgo fiscal: achica los márgenes de ganancia a comerciantes, se traduce en una suba de precios al consumidor y suma burocracia.
Así lo demuestra un relevamiento de la consultora Taquion, que arrojó un fuerte rechazo a este impuesto: 80% considera injusto el cobro y no sabe qué se hace con lo recaudado. Junto con IVA y Ganancias, provoca el 83% de las críticas a la alta carga tributaria que hay en el país.
Al respecto, ocho de cada 10 creen que los gobiernos provinciales son los principales beneficiados y que no hay suficiente transparencia en cómo se gasta el dinero ni a qué se destina.
En tanto, 52% considera injusto que se cobre Ingresos Brutos solo por facturar sin importar si el negocio tiene ganancias o no, para 40% es distorsivo porque encarece productos y servicios, y para 33% desalienta las ventas. Asimismo, 58% cree que se traslada directamente a precios y 22% que una parte la absorbe el comercio.
“Esto refleja una pérdida de confianza respecto de la recaudación: no solo de cuánto se paga, sino a qué se destina ese dinero”, analizó Sergio Doval, director de Taquion.
Y consideró que “la percepción de injusticia y falta de claridad amenaza con ampliar la economía informal, deteriorar la base tributaria y desalentar la inversión”. De ahí, la necesidad de discutir un rediseño del sistema impositivo.
El gravamen volvió a estar en la discusión pública por la suba que aplicaron provincias como Santa Fe, lo que generó un cruce con Mercado Libre,
Por el lado de comerciantes y emprendedores, consideran a Ingresos Brutos como una barrera. El 63% piensa que su actividad tiene una carga impositiva elevada: para 40% es “muy alta” y para 23%, “alta”. En la Ciudad y el Gran Buenos Aires, la proporción entre ambas consideraciones asciende a 75%.