El próximo eclipse lunar total, que ocurrirá la madrugada del 14 de marzo de 2025, promete dar un gran espectáculo visual. Pero además de esto, los eclipses lunares ofrecen a los científicos una oportunidad para hacer investigaciones específicas. En entrevista con Clarín, el doctor Francisco Andolz, director de operaciones para el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA, compartió algunos detalles sobre cómo se preparan para este fenómeno.
1. La sombra de la Tierra: un reflejo del estado de la atmósfera
El eclipse lunar ofrece una oportunidad especial para estudiar el estado de la atmósfera terrestre. Según Francisco, cuando la Tierra proyecta su sombra sobre la Luna, la luz que atraviesa nuestra atmósfera se filtra a través de partículas como polvo, contaminación o polen. Este filtro modifica el color rojizo que veremos en la Luna. “Mientras más partículas haya en la atmósfera, más intenso y oscuro será ese color rojizo, mientras que si la atmósfera está más clara, el color será más tenue”, explica a Clarín.

2. Alineación perfecta: una oportunidad que no se repetirá hasta 2029
En general, los eclipses lunares totales ocurren aproximadamente cada dos o tres años, pero la visibilidad de estos eclipses depende de la ubicación geográfica. Este eclipse lunar es especial debido a la perfecta alineación entre la Tierra, la Luna y el Sol. Una de las curiosidades más destacadas de este eclipse es su particularidad geográfica: este fenómeno será visible desde el norte de Canadá hasta el sur de Argentina, lo que lo convierte en un evento excepcional para la región, ya que no se volverá a observar un eclipse lunar total hasta 2029.
3. Eclipses lunares, una oportunidad de investigación
Durante un eclipse lunar, la NASA aprovecha la oportunidad para estudiar cómo cambia la temperatura de la Luna al entrar en la sombra de la Tierra. Los instrumentos del Orbitador de Reconocimiento Lunar -explica Francisco, su director de operaciones- miden la variación térmica de la superficie lunar, lo que permite inferir qué hay debajo de ella: zonas más frías indican presencia de polvo, mientras que las más cálidas sugieren depósitos rocosos más sólidos.
Francisco explicó que, en su misión actual, el equipo debe ajustar los sistemas de las naves para soportar las horas de oscuridad durante el eclipse, incluyendo el calentamiento de los equipos y la optimización de las baterías para garantizar que los instrumentos sigan funcionando correctamente durante todo el evento (en el que la Luna se oscurece).

4. La “superluna” en el horizonte: un mito óptico
Durante los eclipses, es común escuchar que la Luna parece más grande en el horizonte. Sin embargo, el científico aclara que esto no es más que un efecto óptico. “La apariencia de la Luna no cambia realmente en cuanto a su tamaño”, señala. La diferencia de percepción ocurre porque, al verla cerca del horizonte, se comparan mentalmente con otros objetos en la Tierra, lo que genera la ilusión de que la Luna está más cerca o es más grande.
5. La Misión Blue Ghost y cómo vivir el eclipse desde la Luna
Una de las misiones de la NASA es la Blue Ghost, de Firefly, que actualmente se encuentra en la superficie lunar, y aprovechará el evento para observar el fenómeno desde la Luna. A diferencia de nosotros, que veremos la Luna oscurecerse, los equipos en la Luna podrán observar el fenómeno inverso: la Tierra ocultando el Sol. Aunque no es parte de su misión principal, esta nave aprovechará este evento para tomar imágenes de la Tierra desde la superficie lunar, ya que su posición proporcionará una imagen única del “anillo” de la Tierra.