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La noticia cayó como una bomba para miles de argentinos que esperaban obtener, gracias a un antepasado italiano, el codiciado pasaporte rojo: el Gobierno de Italia estableció que desde el último viernes, la ciudadanía sólo podrán pedirla los hijos o nietos. Se cortó el llamado ius sanguinis, el derecho de sangre que hasta ahora permitía tramitarla en la tercera generación o incluso más allá.
La resolución del Comité de Ministros italiano, también mencionado como decreto-ley por estas horas, tiene una validez similar al decreto de necesidad y urgencia en Argentina. Aunque tiene que convalidarlo el Parlamento italiano –lo que se descuenta ocurrirá porque la primera ministra Giorgia Meloni cuenta con la mayoría de votos– ya está vigente.
Pero hay una pata importante de esto, y es el proyecto de ley que el Gobierno de la premier envió y que acompaña este decreto. Así, hay muchos detalles relevantes de cómo va a cambiar el proceso para tramitar la ciudadanía que aún están por confirmarse.
“Hay varios proyectos de ley sobre ciudadanía. Pero para no demorar en la discusión, el Gobierno fijó su línea con el proyecto que impulsó. Algunos otros son más restrictivos que el oficial”, explicó a Clarín Gerardo Sine, CEO de la start up Back to Italy, que se dedica a acompañar a inmigrantes en el proceso de radicación en Italia y a vincularlos con las empresas que buscan trabajadores.
Para este argentino radicado en Udine la principal razón de esta decisión tiene que ver con las necesidades del mercado de trabajo italiano. “Hay una declinación demográfica y van a faltar dos millones de trabajadores. Muchos descendientes tramitan la ciudadanía y con el pasaporte italiano van a trabajar a otros países de la Unión Europea que en definitiva son competidores de Italia en el reclutamiento de esta mano de obra calificada”, analiza.
Cuenta que en las últimas horas recibieron una catarata de consultas a partir de este tema y aporta información que tiene de primera mano –por estar vinculado con la cámara industrial Confindustria y por participar activamente en el seguimiento de estos temas– para dar respuesta a las principales dudas que trae este cambio.
Quienes lograron meter la tan preciada carpeta con la documentación antes de la medianoche del 27 de marzo no están alcanzados por la nueva normativa que limita la obtención de la ciudadanía a los hijos y nietos de italianos. Su trámite seguirá por los carriles habituales.
Sí. El trámite se hace de la misma manera que hasta ahora, a través del Consulado General de Italia en Buenos Aires o el correspondiente al lugar donde se viva. Todos los trámites se gestionan a través de la página web del consulado.
Hasta hoy, todas las gestiones de ciudadanía se iniciaban en los consulados. Así va a seguir por un año, pero luego se habilitará una oficina especial en la Farnesina, como se llama a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Roma, para hacer este trámite. Según explica Sine, esto es para descomprimir la atención de los consulados. “En el de Buenos Aires, por cada empleado hay 8.000 ciudadanos para atender”, señala. Así, la atención del consulado en Argentina se limitará solamente a quienes ya son ciudadanos italianos. La gestión del reconocimiento para los hijos o nietos se hará en esa oficina de Italia, pero de manera remota.
No en Argentina, como sí se podía hacer hasta el jueves. El proyecto de ley que presentó el Ejecutivo italiano, y que debe aprobarse, permite la posibilidad de gestionar la ciudadanía después de residir tres años en Italia.
Si se aprueba el proyecto oficial, los descendientes de italianos podrán ingresar a Italia demostrando su origen y también su interés en retornar a la tierra de sus ancestros para afincarse. Eso les permitirá tener un tipo de residencia (hoy, cualquier ciudadano de otro país puede ingresar a Italia como turista por 90 días, pero no puede trabajar) y deberá permanecer tres años en el país para recién ahí iniciar el trámite de ciudadanía.
Ya no podrán gestionarla desde Argentina. Si la pareja se va a vivir a Italia, el argentino puede ingresar legalmente con su cónyuge italiano/a bajo el concepto de reunificación familiar y, una vez pasados los tres años (de vuelta, si se aprueba el proyecto oficial), solicitar la ciudadanía por matrimonio. Para poder pedir la ciudadanía por matrimonio, la pareja tiene que llevar casada cinco años o tres si tiene hijos menores de edad.
Sí. Si se aprueba el proyecto de ley, todos los italoargentinos residentes en el exterior van a tener que hacer algún “movimiento” vinculado a su doble nacionalidad en 25 años: si no, la van a perder. Esto es algo completamente nuevo.
Los movimientos vinculados a la actividad consular que establece el proyecto de ley son, entre otros, tramitar el pasaporte, votar desde la Argentina y hacer notificaciones al anágrafe (el equivalente al registro civil de la comuna donde se gestionó la ciudadanía).
Sí, se puede transmitir a los hijos. El trámite se hace igual que hasta ahora, en el consulado de Italia en Argentina. Pero ese hijo va a tener que hacer el trámite de ciudadanía (o hacérselo el padre o madre mientras sea menor) antes de los 25 años, si no la va a perder.
Sí, siempre y cuando hayan hecho ese “movimiento” vinculado a su doble nacionalidad en 25 años.