Mientras su nuevo libro -una monumental novela de 500 páginas que recorre los principales hitos del siglo pasado- acaba de llegar a las librerías, el escritor británico Ian McEwan expresó su rechazo a los lectores de sensibilidad, esa figura cada vez más preponderante en las editoriales que se encarga de sugerir cambios en los textos para quitar expresiones que podrían resultar ofensivas para la época: “Estas histerias colectivas, pánicos morales, se extienden por las poblaciones de vez en cuando. Y creo que este es uno de ellos”, indicó.
El autor de obras como “El placer del viajero” o “Expiación” acaba de regresar a la literatura con “Lecciones”, donde a través de un alter ego recorre los grandes acontecimientos políticos internacionales de la segunda mitad del siglo XX, y en paralelo regresó también a la escena pública concediendo un reportaje a la agencia de noticias francesa AFP donde se pronunció sobre uno de los fenómenos más recientes y controvertidos del panorama editorial: el surgimiento de los lectores de sensibilidad, cuestionados entre otros aspectos porque en los últimos meses han sido decisivos en los cambios que han sufrido las nuevas ediciones de textos de autores como Roal Dahl, Ian Fleming o Agatha Christie.
Tras los cambios póstumos realizados en obras de esos escritores, los debates sobre si estas prácticas constituyen un acto de censura se han vuelto cada vez más frecuentes y varios autores proclaman su posición sobre el tema. En ese marco, McEwan consideró que el apoyo a los lectores sensibles proviene en gran medida de “gente muy joven que vive en sociedades relativamente libres”, pero no es una visión que todos los jóvenes tengan y describió la lectura de sensibilidad como “algo extraño que sucede en algunas universidades, que nos llegó de EEUU”.
“Estas histerias masivas, pánicos morales, atraviesan a la población de vez en cuando. Y creo que esta es una de ellas”, sostuvo el narrador, quien se encuentra de visita en París para presentar su libro, al que definió como “una especie de novela post-Brexit”.
A los 75 años, McEwan está lejos de ser considerado un escritor conservador, pero se confiesa por el fenómeno de la corrección política. “No sé lo que está pasando -declaró el escritor que ganó el Premio Booker en tres ocasiones-. Está sucediendo entre gente muy joven que vive en sociedades que son relativamente libres, y parecen querer atarse los brazos y las piernas de forma simplemente trivial”.
El narrador explicó que escuchó recientemente a un joven escritor hablar sobre su miedo a escribir sobre el deseo masculino: “Pensé, ‘¡Pobre chico!’ Porque te pierdes el deseo de la mitad del mundo”, dijo. Su consejo fue “¡Sé valiente! Al diablo con todos ellos. Tienes que escribir lo que sientes. Debes decir la verdad”.
El autor de “Ámsterdan” aseguró que apoya a los jóvenes que luchan contra el cambio climático, un problema “que afectará a todos y cada uno de nosotros” y justificó también su apoyo a los estudiantes que derribaron una estatua de un esclavista en Bristol, Inglaterra, en 2020: “Exigir un poco más de responsabilidad sobre nuestro pasado imperial colonial es una demanda perfectamente válida. Pero decir que no podemos leer a Nabokov o Conrad o lo que sea, me parece despreciable”, apuntó.
También se refirió a la inminente entrega del Nobel de Literatura, y sus chances de obtenerlo, a lo que se mostró escéptico. “Somos unos 50 cuyos nombres aparecen cada año. Creo que mi hijo (un investigador médico) obtendrá el Premio Nobel antes que yo”, ironizó.
McEwan indicó además que ve el Brexit como un símbolo de la derrota de una versión más antigua de Gran Bretaña, de “profesores, médicos, bibliotecarios… personas que trabajan en el servicio público [que] ya no cuentan porque Gran Bretaña está realmente gobernada por personas que han hecho grandes cantidades de dinero en servicios financieros y el bien social no es de interés”.
“Lecciones”, el libro que presenta por estos días en Europa y que llegará a la Argentina en marzo de 2024, es la novela más extensa que ha escrito el autor de “Expiación”.