Un hombre de 40 años fue detenido en la localidad bonaerense de El Palomar en el marco de la causa por el homicidio de María Lucrecia Arias, la mujer asesinada de un tiro en un asalto cometido hace ocho días cuando llegaba con su hija a su casa de Castelar, y en el allanamiento se secuestró el celular de la víctima, informaron este viernes fuentes policiales y judiciales.
El procedimiento fue realizado por efectivos de la comisaría 7ma. de Morón en un domicilio situado en la calle Manuel Fluguerto al 2500, de la localidad bonaerense de Castelar, donde se recuperó el celular robado a la víctima: un smartphone marca Samsung, modelo A33 color negro.
El detenido fue identificado por las fuentes como Diego Fernando Tevez (40), quien por el momento será imputado por dos delitos: el “homicidio criminis causa” – matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, y también por “encubrimiento agravado”, por tener en su poder el celular, que es un objeto robado a la víctima.
“No teníamos en claro en qué momento ni cómo se lo sacaron, pero sabíamos que le habían robado el celular a la víctima. Pese a que le habían cambiado la línea, logramos rastrear y recuperar el teléfono que estaba activo y funcionando con otra tarjeta SIM”, explicó a Télam una fuente judicial.
El mismo informante indicó que el sospechoso fue indagado por el fiscal de la causa, Matías Rappazzo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de Morón, ante quien dio su versión de los hechos en la que admitió que “compró” el celular que le secuestraron.
En tanto, los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de ese distrito continuaban con los operativos y tenían en la mira a una banda del complejo habitacional Ejército de los Andes de Ciudadela, más conocido como “Fuerte Apache”.
El crimen fue cometido el 25 de enero pasado, alrededor de las 23, en la calle San Nicolás 2070, a metros del cruce con Salcedo, de Castelar norte, en la zona oeste del conurbano.
Arias regresaba a bordo de su Volkswagen Suran de buscar a su hija en una reunión de amigas, cuando fue interceptada por cuatro delincuentes que la abordaron para robarle el auto en la puerta de su domicilio.
La principal hipótesis que maneja la fiscalía es que a Arias aparentemente se le trabó el cinturón de seguridad y no pudo bajarse de inmediato del auto cuando los delincuentes la amenazaron con fines de robo, motivo por el cual le efectuaron un disparo en la espalda.
La hija de la víctima, por su parte, logró descender del rodado y escapar mientras pedía ayuda a los gritos a los vecinos, por lo que no fue alcanzada por ningún proyectil.
Los asaltantes escaparon sin poder robar el Suran de la víctima, pero más tarde, el Peugeot 2008 negro en el que se cree que circulaban, fue hallado abandonado en la zona del barrio Ejército de los Andes.
De la escena y del auto de la víctima los peritos levantaron huellas y rastros, al tiempo que secuestraron imágenes de cámaras de seguridad de la zona, que serán analizadas para poder avanzar en la identificación de los criminales.
Además, en base a la prueba recolectada, los investigadores determinaron que a la mujer la mataron de un tiro efectuado con una pistola calibre 9 milímetros.
La autopsia determinó que a Arias tenía un único disparo con orificio de entrada en la escápula y salida en el pecho.