Más de dos millones de personas en la Franja de Gaza se están quedando sin agua potable ante el bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria al enclave por parte de Israel, alertó este sábado la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
“En toda la Franja de Gaza, más de 2 millones de personas corren peligro de quedarse sin agua. Se ha convertido en una cuestión de vida o muerte”, indicó el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini. “Necesitamos transportar combustible a Gaza ahora. El combustible
es la única manera de que la gente tenga agua potable. Si no, la gente empezará
a morir de deshidratación grave, entre ellos niños pequeños, ancianos y
mujeres”, agregó.
Las consecuencias del cierre total
Desde hace una semana el Gobierno israelí impuso un cerco total en el que no permite la entrada de suministros humanitarios en Gaza, en lo que es una de sus respuestas al ataque que realizó Hamas contra soldados y civiles en territorio israelí el sábado pasado. En la frontera con Egipto, hay colas de camiones con provisiones esperando que se les dé acceso, en una práctica de asedio tachada de castigo colectivo y posible crimen de guerra por diversos grupos de derechos humanos en el mundo.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, había alertado el martes que la medida israelí estaba prohibida por el derecho internacional humanitario, dado que ponía “en peligro la vida de los civiles y les priva de los bienes esenciales para su supervivencia”. En tanto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas reclamó por medio de un comunicado abrir corredores humanitarios para llevar inmediatamente ayuda humanitaria a la Franja de Gaza a unas 800.000 personas que enfrentan la carencia extrema de alimentos y agua. El PMA solicitó un “paso seguro y sin obstáculos” para que su personal pueda llevar productos básicos a las personas atrapadas en Gaza, en medio de los bombardeos entre Israel y las milicias palestinas de Hamas.
Desde el miércoles el enclave sufre un apagón eléctrico, por lo que los generadores de agua no pueden funcionar para el abastecimiento. Esta situación afectaba incluso a la propia base que la ONU tiene en el sur de la Franja de Gaza, donde cientos de miles de personas asustadas y desamparadas se trasladaron en busca de refugio después de que Israel lanzara una advertencia a los residentes exigiéndoles que abandonaran sus hogares en las zonas del norte de la Franja.
“La situación va más allá de lo horripilante”, lamentó
Mukhaimar Abusada a EFE, profesor de ciencias políticas que se fue el viernes de su
casa con su familia para encaminarse hacia el sur en el marco del ultimátum israelí. También Adam, un joven
palestino de 18 años, alojado en aulas llenas de personas con su familia en una
escuela de UNRWA.
El personal médico se niega a evacuar
Los hospitales de la zona no tienen medicinas ni productos sanitarios básicos, y muchos centros acogen a desplazados esperando no ser atacados. Es más, tres de ellos anunciaron que no acataron la orden de evacuación dada por Israel, ante la imposibilidad de un traslado y para poder seguir atendiendo a los pacientes.
El hospital Al Quds informó en un comunicado que refugia a cientos de civiles, entre ellos “numerosos heridos críticos”, así como “niños en incubadoras”, informó la organización humanitaria Media Luna Roja Palestina, equivalente a la Cruz Roja en el mundo musulmán. “Por ello, Media Luna Roja no puede evacuar el hospital, y su mandato humanitario obliga a sus empleados a seguir atendiendo a los heridos”, explicó la organización, y agregó que seguirá “proporcionando tratamiento esencial a los residentes que hayan decidido quedarse”.
Personal de Al Awda, otro centro médico, indicaron a la agencia oficial de noticias palestina Wafa que se enfrentaban a “condiciones catastróficas debido al rápido aumento del número de muertos y heridos”. El dia anterior Israel dio ocho horas a Médicos sin Fronteras (MSF) para evacuar el lugar, luego de un primer aviso en el que solo disponían de dos horas para concretarlo. “Condenamos inequívocamente esta acción, el continuo derramamiento de sangre indiscriminado y los ataques a la atención sanitaria en Gaza. Estamos tratando de proteger a nuestro personal y a nuestros pacientes”, indicó la organización tras recibir la primera advertencia.
El tercer hospital afectado es el centro médico infantil Kamal Adwan, uno de los más grandes del enclave, ubicado en Beit Lahiya, a pocos kilómetros de Jabaliya, y que asiste actualmente a 150 pacientes entre niños y mujeres embarazadas. “Según la información que tenemos, el hospital no tiene la posibilidad de transportar a sus cientos de pacientes en ambulancias, y por el momento no existe ningún hospital alternativo en la Franja de Gaza preparado para recibirlos”, publicó la organización médica israelí Médicos por los Derechos Humanos en su cuenta de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, al tiempo que remarcó que preservar la humanidad “es un deber en los momentos difíciles”.