Desde explosiones, saqueos, tiroteos y vehículos incendiados, hasta la irrupción de hombres armados en un estudio de televisión durante una transmisión en vivo. La violencia estalló en todo Ecuador esta semana después de que Adolfo Macías, alias “Fito”, escapó de la cárcel, desde donde comandaba una de las principales bandas criminales del país: “Los Choneros”.
Macías, de 44 años, escapó el pasado domingo de la cárcel del Litoral, en Guayaquil, donde –por condenas por crimen organizado, narcotráfico y asesinato– desde 2011 cumplía una pena de 34 años de prisión. Se fugó momentos antes de que la Policía lo trasladara a un centro penitenciario de máxima seguridad. Más de 3.000 uniformados lo buscaron sin éxito en los tejados y hasta en las alcantarillas del penal. Las autoridades tardaron en reconocer la fuga y en un principio se barajó la posibilidad de que “Fito” se hubiera escondido dentro de la misma prisión.
Los orígenes
“Fito” nació el 18 de noviembre de 1979 en San Pablo de Manta. En la misma provincia, Manabí, se encuentra otro pueblo llamado Chone, donde en la década de los 90 tuvo sus inicios la banda narco de “Los Choneros”. La organización fue ganando terreno en las rutas internacionales del tráfico de drogas, especialmente en el tránsito de la cocaína procedente de Colombia hacia Centroamérica o Norteamérica. Actualmente tienen vínculos con los carteles de Sinaloa, el Clan del Golfo –el mayor exportador de cocaína del mundo– y organizaciones balcánicas, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.
Los primeros antecedentes penales de Fito datan del año 2000, cuando fue detenido por primera vez por el delito de robo. En 2011, volvió a ser arrestado por los crímenes de narcotráfico y delincuencia organizada. Estuvo recluido en el Centro de Rehabilitación Social de Varones del Guayas No. 2, conocido como “La Roca”, hasta 2013.
El 11 de febrero de ese año, Macías y otros 17 presos de alta peligrosidad se fugaron de la cárcel y usaron botes y lanchas para escabullirse por el Río Daule. Sin embargo, apenas tres meses después, durante la madrugada del 26 de mayo, fue recapturado por la Policía Nacional en su ciudad natal. Tras su recaptura, “Fito” fue trasladado a la Penitenciaría del Litoral en la ciudad de Guayaquil, la más grande de todo el país.
El ascenso
En el mundo de este narco se aplica el dicho: “a rey muerto, rey puesto”. Su ascenso hasta lo más alto de la banda, integrada por unas 8.000 personas, se dio por las sucesivas muertes de sus antecesores. Pese a estar en prisión, asumió el mando de la organización en 2020, tras los fallecimientos de sus amigos Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, y Junior Roldán, JR.
Según el medio local Primicias, en la cárcel de Guayaquil el criminal no sólo obtuvo un título de abogado sino que durante una década controló sus operaciones de narcotráfico, extendió prácticas extorsivas y ordenó asesinatos. El periódico asegura que en mayo de 2023, el capo contaba con más de 23 millones de dólares entre testaferros, empresas fantasma y otras actividades.
Al parecer, bajo el liderazgo de Macías, la banda mantenía un esquema de extorsión al resto de presos. Los cálculos de la Dirección de Investigación Antinarcóticos, citados por Primicias, estiman que las actividades delictivas dentro del penal generarían hasta 70.000 dólares a la semana por pabellón. Fito ejercía “un control interno importante del centro penitenciario”, señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en un reporte de 2022 realizado tras un encuentro con el capo. El organismo agregó que Macías tenía un trato diferenciado y preferente por las autoridades carcelarias.
La huida
Sin embargo, al fugarse dejó atrás ese lugar adornado con imágenes que exaltan su propia figura, las armas, los dólares y los leones. Videos dan cuenta de las celebraciones que tenía dentro de la cárcel con músicos y pirotecnia. Incluso llegó a grabar en un patio un videoclip de un narcocorrido en su honor, interpretado por un mariachi y su hija, que se presenta como Queen Michelle. En la grabación aparece saludando, riendo y acariciando un gallo de pelea. “Activos, Choneros, aquí somos leones. Con el tío Fito como se supone, controlando el barrio aquí somos patrones”, dicen una de las tantas canciones virales que ensalzan el narcotráfico y al grupo criminal.
En los últimos meses, el líder narco fue nuevamente portada de los medios de comunicación tras el magnicidio del candidato presidencial Fernando Villavicencio, que lo acusó de haberlo amenazado una semana antes de caer baleado en agosto por un sicario colombiano. La justicia no condenó a “Fito” por ese delito, pero el gobierno del entonces presidente Guillermo Lasso ordenó su traslado a una cárcel de máxima seguridad, en una espectacular operación de la fuerza pública que desató protestas de reclusos.
Ahora nuevamente su fotografía con la leyenda “SE BUSCA” da vueltas por Ecuador, mientras que rige desde el lunes el estado de excepción por 60 días establecido por el flamante presidente Daniel Noboa. Esta medida cuenta con la participación del Ejército para restablecer el orden en las calles tras la escalada de violencia de los últimos días. En un breve mensaje en la red social Instagram, el mandatario dijo que no va “a negociar con terroristas” y que no descansará “hasta devolverle la paz a todos los ecuatorianos”.